jueves, 20 de octubre de 2011

AMÉRICA

LITERATURA PRECOLOMBINA
Como su nombre lo indica, la literatura precolombina hace referencia a la producción literaria que tuvo lugar en el continente americano antes de la llegada de Cristóbal Colón y los conquistadores europeos. Por lo tanto, el concepto abarca miles de años de historia y llega hasta 1492.
Entre las culturas autóctonas o indígenas, sobresalen varios pueblos que alcanzaron un gran desarrollo, como los aztecas, los incas y los mayas. Así, nos encontramos, por ejemplo, con la literatura náhuatl y la literatura quechua, dos lenguas que se hablaban (y se hablan) en América.
Al considerar la literatura azteca (los aztecas eran uno de los nahuas, un grupo de pueblos prehispánicos), podemos mencionar a exponentes de la poesía como Nezahualcóyotl, un monarca de la ciudad-estado de Tetzcuco. Cabe destacar que la poesía de esta sociedad era desarrollada por los gobernantes y los sacerdotes.
Los poemas aztecas, conocidos como cuicatl, incluían cantos y bailes. Este pueblo solía entonar cantos divinos (teocuícatl) y guerreros (yaocuícatl), entre otros.
En cuanto a la literatura maya, se destacan el Popol Vuh, un libro sagrado que se propone explicar el origen del mundo y los fenómenos naturales, y el Libro del Chilam Balam, que buscó reunir los conocimientos y creencias mayas acerca de la religión, la historia, la medicina y la astronomía.
Por último, respecto a la literatura inca, hay que decir que no existen registros escritos de sus textos literarios, sino que lo que conocemos son relatos que pertenecen a su tradición oral y que fueron transcriptos, en gran parte, por los conquistadores españoles y sus cronistas.
Los incas contaban con distintas clases de poetas. Los oficiales, pertenecientes a la corte, eran denominados amautas. Los poetas populares, por su parte, se conocían como haravec.
Con el avance europeo por el territorio americano, la producción literaria fue combinando distintas cosmovisiones y estilos, que fueron dando forma a la literatura latinoamericana.




LITERATURA AZTECA
Los aztecas, también conocidos como mexicas, fueron un pueblo indígena de filiación nahua. Su cultura logró desarrollar una escritura jeroglífica o ideográfica, aunque nunca se ha podido comprobar si representaban los sonidos con letras. Al momento de la llegada de los conquistadores españoles, los aztecas se encontraban en una etapa fonética.
Muchos de los registros literarios de los aztecas fueron destruidos por los europeos; sin embargo, varios relatos lograron trascender en el tiempo a través de la tradición oral y por medio de los misioneros.
Los poemas aztecas, llamados cuicatl, incluían cantos y bailes. Sus textos solían presentar una significación religiosa e incluían historias sobre la vida y la muerte. Los aztecas también desarrollaban cantos divinos (teocuícatl) y guerreros (yaocuícatl).
Es importante destacar que los jóvenes de las clases privilegiadas acudían a colegios denominados calmecac para aprender a escribir poesía. En cuanto a las casas de canto, recibían el nombre de cuicalli.
Los tres sitios más importantes del Imperio Azteca en cuanto al desarrollo literario fueron Tenochtitlán (la capital), Texcoco y Cualhtitlán. En cuanto a los exponentes literarios de la época, solían ser los monarcas, como Nezahualcoyotl de Texcoco (1402-1472).
Poesía escrita por tlatoani (gobernante):
¿Acaso en verdad se vive en la tierra?
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende.
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Otros ejemplos de la poesía azteca:
¡No te amedrentes, corazón mío!
Allá en el campo de batalla
ansío morir a filo de obsidiana.
Oh, los que estáis en la lucha:
yo ansío morir a filo de obsidiana.
Sólo quieren nuestros corazones la muerte gloriosa.
………………………………………………
Llovieron esmeraldas;
ya nacieron las flores:
Es tu canto.
Cuando tú lo elevas en México,
el sol está alumbrando.


LITERATURA NAHUATL
Náhuatl, esta palabra deriva de nāhua-tl (“sonido claro o agradable”) y tlahtōl-li (“lengua”, “lenguaje”). El náhuatl es una lengua uto-azteca que se habla en Centroamérica y en México (donde es la lengua nativa con mayor número de hablantes), pero además cuenta con una gran trascendencia histórica ya que era la lingua franca del Imperio Azteca.
En ocasiones, la literatura náhuatl es mencionada como literatura azteca, aunque los aztecas eran sólo uno de los nahuas (un grupo de pueblos prehispánicos). Es decir que la literatura náhuatl debería incluir los textos aztecas y de otros pueblos.
Cabe destacar que los nobles se comunicaban con los dioses a través de poesías u oraciones cantadas. La prosa, en cambio, era utilizada para la elaboración de discursos didácticos, narraciones míticas y relatos históricos.
Dicen los especialistas que la literatura náhuatl tenía como fin proteger la memoria de todo el saber acumulado por las sucesivas generaciones. Así, las obras abarcaban distintos aspectos de la vida, como las cuestiones vinculadas a la religión, los rituales, la medicina, la historia y el derecho.

Poesía de Nezahualcóyotl:
Niwinti, nichoka, niknotlamati,
nikmati, nik-itoa, nik-elnamiki:
¡maka aik nimiki, maka aik nipoliwi!
Inkan ahmicowa, inkan ontepetiwa,
in ma onkan niauh:
¡maka aik nimiki, maka aik nipoliwi!
Me siento fuera de sentido,
lloro, me aflijo y pienso,
digo y recuerdo:
¡Oh, si nunca yo muriera,
si nunca desapareciera!…
¡Vaya yo donde no hay muerte,
donde se alcanza victoria!
Oh, si nunca yo muriera,
si nunca desapareciera…


LITERATURA QUECHUA
Se conoce como literatura quechua a las manifestaciones literarias que se desarrollaron en dicha lengua desde el Imperio Inca hasta la actualidad. En la época prehispánica, la literatura quechua ya había alcanzado un amplio desarrollo, con una diversidad de formas líricas, épicas, narrativas y dramáticas. Sus orígenes fueron orales, en especial en forma de cantos.
Muchas de esas narraciones orales fueron recopiladas y escritas por los cronistas, predicadores y funcionarios coloniales. De todas formas, con la llegada de los españoles, el quechua pasó a ser una lengua escrita.
Analizando los tiempos precolombinos, los especialistas reconocen dos tipos de literatura quechua: la literatura popular, que expresaba el sentimiento del pueblo y que era transmitida por el haravicu junto a un acompañamiento musical y danzas; y la literatura cortesana, a cargo de los amautas que transmitían la cultura oficial del Tahuantinsuyo a los gobernantes.
En cuanto a la literatura quechua contemporánea, se ha perdido gran parte de su carácter colectivo y anónimo. Esta característica la diferencia de la literatura quechua antigua, que presentaba numerosos himnos y plegarias.
Entre los principales autores y divulgadores de la literatura quechua, se destacan los peruanos José María Arguedas (1911-1969) y Kilku Warak”a, seudónimo de Andrés Alencastre (1909-1984).

LITERATURA MAYA
La cultura maya cuenta con una historia de unos 3.000 años. Su civilización ocupó los territorios del sur y sureste mexicano (Chiapas, Yucatán, Tabasco, Campeche y Quintana Roo) y los actuales Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice. Es importante señalar que esta cultura nunca desapareció: sus descendientes aún habitan la región y hoy se hablan cerca de 44 dialectos de la familia mayense.
Por eso, la definición de la literatura maya no es precisa. Hay quienes sólo la limitan al pueblo precolombino, mientras que otros prefieren incluir todas las obras que nacieron como legado de aquella cultura, incluso textos actuales.
Los mayas fueron los primeros en desarrollar un sistema de escritura en América, con símbolos jeroglíficos. Contaban con libros cuyas tapas realizaban en madera y utilizan un tipo de papel fabricado con fibras vegetales. Los autores escribían en una larga tira, que luego se doblaba sobre sí misma y debía ser desplegada para leer.
Lamentablemente, los conquistadores españoles destruyeron numerosas obras literarias mayas para eliminar las supersticiones y creencias del pueblo. Sin embargo, los libros que lograron conservarse se destacan por su calidad poética. Se trata de obras de difícil interpretación, que conjugan la historia con la religión, las mitologías y la ciencia de la época.
La principal referencia de la literatura maya es el Popol Vuh, un libro sagrado donde se narra el origen del mundo y de la civilización maya. Los contenidos describen las tradiciones y creencias de la cultura, aunque hay menciones a ideas cristianas. Pese a que no hay precisiones, se supone que el Popol Vuh fue escrito cerca de 1544. La versión en español fue realizada por el fraile dominico Francisco Ximénez.
Otra importante obra de la literatura maya es el Libro de Chilam Balam, que hace referencia a la tragedia que resultó la llegada de los europeos para este pueblo. Existen diferentes versiones del texto, ya que fue desarrollado por distintos clanes. Los especialistas afirman que el libro nació como la transcripción de manuscritos sagrados, a los que luego se le sumaron noticias y elementos de la historia de cada lugar.
El Rabinal Achí (una obra dramática sobre los enfrentamientos entre dos ciudades-estado) y los Anales de los Cakchiqueles (una recopilación de datos históricos y mitológicos) son otros textos destacados de este cultura.


LITERATURA INCA
Al hablar de la literatura inca, lo primero que hay que tener en cuenta es que los incas no tenían una lengua original, sino que apelaban a distintos dialectos nativos hasta que adoptaron al quechua como idioma oficial. De esta forma, fue impuesto en todo el imperio, aún en las regiones que hablaban otras lenguas.
En la actualidad, el quechua todavía es hablado en distintas poblaciones indígenas de Perú, Ecuador, Colombia, el norte de Chile y el norte de Argentina.
Es importante destacar que no ha quedado ningún registro escrito de sus textos literarios. Los incas no contaban con un sistema de escritura ideográfica, sino que utilizaban los quipus (hilos de distintos colores que se anudaban de diversas formas). El sistema de los quipus permitía, por ejemplo, llevar la contabilidad del imperio, aunque no era útil para expresar ideas abstractas.
Por lo tanto, los testimonios de la literatura incaica que se conservan en la actualidad pertenecen a su tradición oral y a las transcripciones realizadas por los conquistadores españoles o a sus cronistas como Cristóbal de Molina (conocido como El Cuzqueño), el Inca Garcilaso de la Vega y Felipe Guamán Poma de Ayala.
La poesía de los incas se centraba en temas relacionados con la naturaleza, como las plantas, las flores y los animales. Los investigadores atribuyen esta tendencia a las actividades agrícolas que desarrollaban. Las poesías, por otra parte, solían ser acompañadas con música y danzas.
Pueden mencionarse distintos tipos de poesías: el wawaki, que era entonado por coros juveniles en las fiestas de la luna; el huahuay, un canto de lamento; el yaravía, un tipo de poesía lírica que trataba sobre el amor; el huaino, de contenido erótico; el triunfo, un canto a la victoria; y el aymoray, unos poemas que se inspiraban en la vida rural.
Por último puede mencionarse que los incas contaban con poetas oficiales de la corte, a los que denominaban amautas. Los poetas populares, en cambio, recibían el nombre de haravec.



POPOL VUH
El  Popol-Vuh,  que puede traducirse  Popol,  comunidad, consejo, y Vuh,  libro, Libro del Consejo o Libro de la Comunidad, fue pintado. Lo dice el texto: "Este libro es el primer libro pintado antaño" "Su faz está oculta al que ve", añade el texto, lo que mueve a pensar que no está oculta para el que, sin ver, conserva dicha faz en la memoria y la transmite oralmente.
Originalmente, el Popol-Vuh fue pintura, memoria, palabra, y en esta forma de tradición oral se conserva hasta mediados del siglo XVI, época en que vuelve a ser escrito, por un indígena, antiguo sacerdote quizá, en lengua quiché, con caracteres latinos.
Popol Vuh se divide en 4 partes:
·         I. Creación referida
Los Dioses crean el mundo.
Los Dioses crean a los animales, pero ya que no los alaban los condenan a comerse unos a otros.
Los Dioses crean a los seres de barro, los cuales son frágiles e inestables y no logran alabarlos.
Los Dioses crean a los primeros seres humanos de madera, éstos son imperfectos y carentes de sentimientos.
Los Dioses destruyen los primeros seres humanos, los cuales se convierten en monos.
Los Dioses Gemelos Hunahpú e Ixbalanqué destruyen al arrogante ser Vucub-Caquix, y luego a sus hijos Zipacná y Cabracán.
·         II. Historias de Hunahpú e Ixbalanqué
Xpiyacoc y Xmucane engendran dos hermanos.
HunHunahpú y Xbaquiyalo engendran a los "gemelos mono" HunBatz y HunChouen.
Xibalbá mata a los hermanos HunHunahpú y VucubHunahpú, colgando la cabeza de HunHunahpú en un árbol.
HunHunahpú y Xquic engendran a los "héroes gemelos" Hunahpú e Ixbalanqué (la cabeza de HuhHunahpu escupe a la mano de Xquic, embarazándola).
Nacen los héroes gemelos y viven con su madre y su abuela paterna Xmucane, compitiendo con sus medio hermanos HunBatz y HunChouen.
Los "Héroes Gemelos" derrotan a Xibalbá, casa de la penumbra, los cuchillos, el frío, el jaguar, el fuego y los murciélagos.
·         III. Creación de los hombres de Maíz. Descripción de comunidades
Los primeros cuatro hombres reales son creados: Balam-Quitzé,el segundo Balam-Acab, el tercero Mahucutah y el cuarto Iqui-Balam.
Las primeras cuatro mujeres son creadas.
Tribus descendientes. Hablan el mismo lenguaje y viajan a TulanZuiva.
El lenguaje de las tribus se confunde y éstas se dispersan.
Tohil es reconocido como un Dios y exige sacrifios humanos.
·         IV. Listado de generaciones
Tohil convence a los señores de la tierra a través de sus sacerdortes pero su dominio destruye el Quiché.
Genealogías de las tribus.


Huaynos

El Huayno o Wayno es la expresión de alegría, y espíritu que se exterioriza en conductas, es libertad sincrética de un pueblo que aún busca su LIBERTAD y que lo podemos hallar entre las mil y una forma musical de poética constitución literaria, El huayno es desde tiempos remotos  la voz del pueblo en cada historia humana y ritual. Fue, es y aún sigue siendo la vía y el lenguaje de una cultura con alma propia, pues desde el Harawi... fue el canto y el baile más conocido en todo el Imperio de los Incas, siendo ahora el Wayno ritmo de la herencia melódica en lo más tradicional, existente en todo los pueblos, y más aún es la bandera y vivencia de una juventud, que busca, halla y construye su perfil de identidades al darle matices de sonidos y Cantos fusionados en su perspectiva vigente de Cantos nativos y mestizos de la música Latinoamericana.
Es el Baile principal en todo el territorio del Perú. en las que existen muchas variantes y que toman carácter propio según la región que lo interprete, pasando a llamarse de otra forma: como Huayño, Wayno, Chiquita, Shimaychi; y cuya palabra podría derivar de Wayna que en Quechwa significa JOVEN, esto en razón a que los ritmos del nuevo hombre, poblador y mestizo en épocas de la Colonia, mostró un nuevo estilo de conjugación rítmica (Que por heredad proviene este ritmo de los antiguos Harawis y de colectivas alegrías en los laboreos agrícola, sociales y jolgorios juveniles) adquiriendo el nombre desde antes de la Colonia como la expresión de los WAYNARICUNATAKY o Canto recreador del joven que enamora.

ETAPA DEL DESCUBRIMIENTO

Las crónicas del descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo inician, prácticamente sin proponérselo, una nueva literatura: la hispanoamericana (ello, al enfrentarse a  un nuevo objeto de descripción, totalmente desconocido hasta aquel entonces). Por otra parte, hay que recordar que el propósito literario en las crónicas que constituyen la primera manifestación de esta nueva literatura siempre fue secundario, y que cada una de ellas servía un propósito de comunicación concreto (aceptando lo cual, la identificación de los motivos personales e ideológicos subyacentes se vuelve posible). En la multiplicidad de dichos textos –mismos que constituyen, en su inmensa mayoría, informes de actividades específicas–, una de sus características más importantes es, tal vez, el deseo de autenticidad, principalmente en lo que atañe a la descripción de “lo maravilloso” y “lo extraordinario” existente en las nuevas tierras.

         La misión de los que han de consignar la novedad consistirá entonces en la “adaptación a un nuevo espacio vital que ha de ser designado con la palabra que no le pertenece”. Hasta el descubrimiento del nuevo continente, los escritores de la península no tenían otro punto de referencia conocido más que el de Castilla –no eran navegantes, y si habían viajado por Europa, ello podía considerarse un hecho excepcional–, o bien, el de las relaciones de otros descubridores, como el caso de Marco Polo.

         La exploración del Nuevo Mundo permite la concreción física de los “topos imaginarios”, motivos fantásticos rectores de la literatura occidental hasta aquel momento, y su empleo en la descripción –mejor dicho, definición o construcción– de lo que constituía y caracterizaba a los nuevos territorios. Como ya se ha señalado, el desconocimiento era absoluto: los exploradores y conquistadores tenían que asirse a cualquier medio que les permitiera referirse –aunque fuera someramente– a lo que veían, para poder esbozar las líneas generales de lo que estaban percibiendo. La incapacidad primera de los cronistas es la falta de referentes conocidos para relacionar e interpretar la experiencia de lo nuevo. A través de su invención, los descubridores se explican y asimilan (aunque tan solo parcialmente) la novedad primero ante sí mismos, y posteriormente la dan a conocer a los que se encuentran en el Viejo Mundo. Es en este sentido que el descubrimiento de América es considerado el acontecimiento que inicia la Edad Moderna de la historia, al permitir llegar a un conocimiento acabado de la configuración geográfica del mundo, y con ello expandir la conciencia del ser humano en direcciones no previstas hasta ese entonces.

         Es importante señalar que de los descubrimientos y conquistas existieron tanto cronistas como historiadores: mientras que para aquéllos el objeto de sus escritos era el testimonio de los acontecimientos vividos y experimentados, para los segundos, su tarea era la reconstrucción reflexiva de dichos sucesos.
 En lo que a las características de estos textos se refiere, muchos se escriben en el lugar mismo del descubrimiento; otros, por su parte, son generados en la Península, a partir tanto de lo vivido como también de lo oído de boca de los conquistadores. Parece haber una constante tanto en las crónicas como en las historias propiamente dichas (ya fuera hubieran sido escritas en España o en el Nuevo Mundo): “hay más orden y menos vida en lo que se escribe desde allá; hay más humanidad y menos pulimento en lo que desde aquí [desde América] se escribe.

CRISTOBAL COLÓN

En Colón alcanza su máxima expresión el sentimiento de la naturaleza. Como no fue un escritor de estilo, ni tuvo presente al transmitirnos sus propias impresiones sobre la vida tropical, ningún modelo clásico, su emoción aparece enriquecida por una frescura y por una sinceridad que en vano se buscarían en el mejor artista literario. Cuando un escritor como Chateaubriand pinta el paisaje de América, situando en medio de la vegetación tropical la misantropía de Rene o el fanatismo apasionado de Átala, tiene forzosamente en cuenta, como punto de referencia, el paisaje antiguo, y en alguna forma rinde tributo en sus descripciones al ideal de la belleza clásica. Pero cuando un hombre como Colón, guiado menos por su educación artística que por su instinto de observador acucioso, contempla la naturaleza y la describe con verdadero entusiasmo poético, su paisaje es enteramente personal y se nos ofrece libre de toda adulteración literaria.
Hasta el momento en que Colón escribe el Diario y la mayor parte de las relaciones, esto es, en las postrimerías del siglo xv, el sentimiento de la naturaleza no representaba aún un factor artístico aislado. El comercio con el mundo físico o era una especie de misticismo sensual o una suerte de religiosidad panteística. Aún Ovidio y Horacio sólo vuelven la vista a la naturaleza cuando se sienten fascinados por el encanto de la paz bucólica. El poeta, aturdido por el fragor del mundo, busca el contacto con la soledad y celebra el retiro campestre donde la paz es dulce como un vino dorado. Antes que la comunión con la naturaleza, lo que la antigüedad clásica parece haber amado es el beatus Ule, el retiro apacible que celebra Horacio en la oda a Julio Antonio y en la epístola a Setimio.
Colón, que no se hallaba encadenado al ideal de la belleza clásica, narra sus impresiones con sinceridad absoluta y por primera vez aparece en sus escritos la emoción de la naturaleza. Su visión del paisaje, por lo mismo que no se encuentra dominada por ningún recuerdo libresco, es poderosamente original y tiene la frescura del mundo en cuyas aguas se bañó esta imaginación soñadora. No sería, pues, aventurado afirmar que es en los escritos del descubridor de América donde la naturaleza se halla por primera vez sentida y donde verdaderamente adquiere la categoría de un valor artístico aislado. En las páginas impresionistas y en los cuadros descriptivos que nos dejó el Almirante podemos contemplar la fisonomía del nuevo continente al través de un temperamento poético que se desborda en cuanto escribe con toda libertad porque no se encuentra sujeto a la tiranía del precepto literario. La consecuencia de ese hecho será de una significación incalculable: el mundo físico se proyectará en la obra artística tal cual es y el paisaje no será en lo sucesivo el reflejo de un universo convencional ni la visión esquemática de una naturaleza imaginaria

HERNAN CORTÉS

Hernán Cortés fue un militar español con protagonismo en la Conquista de América. Nació en 1485 en Medellín, España. Realizó estudios en la Universidad de Salamanca.
Su espíritu aventurero hizo que se embarcara hacia las tierras del Nuevo Mundo. Estuvo con Diego Velázquez en Santo Domingo y en Cuba.
Después partió hacia México al mando de unos 600 hombres.
Iba ayudado por una joven de sangre indígena, Mariana, a quien apodaban la Malinche.
Cortés tomó la ciudad de Tenochtitlán, México actual, y capturó al emperador Moctezuma.
Realizó varias expediciones por América Central.
Hizo viajes a España, y falleció allí en 1547.
En su estada en México, hacía despachos de Cartas de Relación al Rey Carlos V, entre 1519 y 1526.
Estas Cartas fueron cinco, se publicaron mucho tiempo después, y son un documento de la época.
Las Cartas se guardan en un Códice en la Biblioteca Imperial de Viena. La edición completa de las cinco cartas es de 1868. La primera de las cartas no ha sido encontrada, pero se la reemplazó por un envío al Emperador, de la Justicia y Regimiento de la Villa Rica de Veracruz, de 1519.
La más interesante de las Cartas de Relación, es la segunda, donde se relata el desembarco en tierras mexicanas y las luchas por la toma de Tenochtitlán.

RENACIMIENTO

Inca Garcilazo

Gómez Suárez de Figueroa, nombre original del Inca Garcilaso de la Vega, nació en el Cusco en 1539, hijo del capitán Sebastián Garcilaso de la Vega Vargas y de la princesa incaica Isabel Chimpu Ocllo. En 1552 ingresó a estudiar latín con Juan de Cuéllar, canónigo de la catedral del Cusco, junto con otros niños de ascendencia mestiza y española.
Pasa toda su infancia en el Perú y en 1560 viaja a España para completar su educación. En 1561 reclamó sin éxito privilegios y mercedes por los servicios de su padre a la Corona y por el linaje real de su madre. En 1563 se instala en Montilla al cuidado de su tío Alonso de Vargas.
En 1570 Garcilaso participa en la guerra de las Alpujarras en contra de los moriscos y se le concede el grado de capitán. En 1590, en la dedicatoria a Felipe II de su Traducción de los Diálogos de amor de León Hebreo utilizará por primera vez el título de “Inca”. En 1581, recibirá una herencia y se mudará a Córdoba, allí se reunirá con un grupo humanistas con los que compartirá sus inquietudes intelectuales.

Las Crónicas de Indias

Las crónicas presentarán el proceso de conquista y colonización de los territorios americanos. Eran escritas con la intención de comunicar al Rey los descubrimientos que se realizaban en el Nuevo Mundo. Eran herramientas para la defensa del proyecto colonizador. Fueron la manera en la que la metrópoli tuvo un primer acercamiento a los territorios recién descubiertos. En las primeras crónicas españolas es posible reconocer una visión reduccionista del espacio indígena. Los españoles llegaban a América con una idea preconcebida de lo que se encontrarían. Como explica Beatriz Pastor para el caso particular de Cristóbal Colón, el almirante genovés verifica e identifica las nuevas tierras con una serie de fuentes y modelos previos, que incluyen el mito del paraíso terrenal y las historias de Marco Polo sobre las Indias. Los cronistas españoles describirán al territorio americano bajo los esquemas y modelos que se manejaban en Europa en el siglo XVI, por ejemplo el hombre del Nuevo Mundo pasará a ocupar el espacio dejado por el moro en el sistema de relaciones con la religión cristiana. Dentro de las primeras manifestaciones de las crónicas de Indias enunciadas por españoles es posible mencionar al secretario de Francisco Pizarro, encargado de documentar el proceso de conquista del Perú, Francisco López de Xérez y su Verdadera relación de la conquista del Perú y provincia del Cusco, llamada la Nueva Castilla, 1534. También dentro de este grupo destaca Cristóbal de Mena con La conquista del Perú llamada la Nueva Castilla, crónica también de 1534. Con un gran conocimiento de la geografía andina Pedro Cieza de León realiza su Crónica del Perú de 1553.

La crónica mestiza. El Inca Garcilaso de la Vega

No solo en el espacio de la crónica tendremos manifestaciones españolas. También se presentaran casos de discursos enunciados desde voces mestizas e indígenas. En el caso de los mestizos lugar principal ocupa el Inca Garcilaso de la Vega con sus Comentarios reales de los Incas (primera parte 1609). Se trata de la narración del pasado Inca del Perú, desde la voz de un conocedor privilegiado. Garcilaso hace uso de identidad indígena para formular su autoridad a partir del conocimiento de la lengua quechua, lo que le permite realizar una interpretación “adecuada y precisa” de las historias que llegaron hasta él a partir de su linaje Inca. Pero no solo se muestra como hablante nativo del quechua, sino también demuestra su dominio del español y de los códigos retóricos y humanísticos de la época. Desde la voz indígena, Garcilaso tiene la necesidad de validar su autoridad como conocedor de la realidad española y americana. En 1605 ya había publicado La Florida del Inca, en la que se dedicaba a presentar las expediciones fallidas a este territorio tomando como eje central la expedición de Hernando de Soto. Esta crónica culminará con una justificación sobre la necesidad de conquista del espacio de la Florida, basada en la evangelización y en la importancia de estos territorios para el Imperio Español. Póstumamente se publicará la Historia general de Perú (1617) o Segunda parte de los Comentarios reales.
Hay dos temas constantes en la obra del Inca: la defensa del honor del padre y la fascinación por el tema del linaje. Muchos autores afirman que en el nombre Inca Garcilaso de la Vega se fusionan dos mundos, el de los Incas y el del renacimiento europeo, el de la niñez y juventud de Gómez Suárez de Figueroa con el del contexto español en el que vivía y escribía desde 1560. La autoridad discursiva del Inca se funda en patrones más lingüísticos que históricos, su manejo del quechua es la justificación para sus “comentarios” a un grupo de crónicas escritas sobre los Incas y la conquista del Perú. Garcilaso argumenta que estas crónicas, en muchos casos, han malinterpretado algunas palabras quechuas lo que los ha llevado a una mala percepción de la cultura incaica. El Inca cuenta con una autoridad histórica privilegiada. Su fuente es un texto oral, las narraciones de los miembros de su familia que habían vivido el proceso imperial incaico y la conquista española. Garcilaso diseña su texto con una base providencialista, defiende que los incas fueron la base pagana para la llegada de la religión cristiana a América. Para él, los Incas tenían intuiciones sobre la llegada de este nuevo orden superior, ejemplo de esto sería el caso de las visiones de Huayna Cápac. De esta manera, un pueblo infiel se convierte en instrumento de Dios.

BARROCO

Sor Juana Ines De La Cruz


Se manejan varias fechas y lugares sobre su nacimiento el primero, se maneja como el verdadero día y mes del nacimiento de sor Juana, el segundo en ocasiones aparece como el día simbólico de su nacimiento y en otras como el verdadero día. Se manejan también dos años de su nacimiento, de los cuales no se sabe cuál es el correcto, pero lo que sí se sabe es que nació a las 11:00 de la noche, y al igual que en las fechas se manejan 2 lugares diferentes en San Miguel Nepantla, jurisdicción de la Alcaldía Mayor de Ozumba, provincia de Chalco, en la Nueva España; lo que es hoy el Estado de México, autodidacta, humanista, escritora, religiosa y poetisa más ilustre de la América española en la época colonial, y al mismo tiempo uno de los exponentes más notables de la lengua castellana en el siglo de oro, de cuyo nombre verdadero se manejan dos diferentes. Hija ilegítima de Isabel Ramírez de Santillana, criolla, nacida en Villa de Yecapixtla, al sur de Nepantla; padre español capitán Pedro Manuel de Asbaje y Vargas Machuca, vasco, nativo de la villa de Vergara, Guipúzcoa, llegó a Yecapixtla ya casado, donde conoce a Isabel, con quien tuvo 3 hijas, la primera Josefa, su abuelo alquilaba (por el convento de Santo Domingo) un sitio de ganado menor (en el paraje de Papaloyan) y cerca de allí Pedro M. adquirió una hacienda, donde mandó construir una casa de piedra volcánica en lodo, en el paraje de Tlatelpa. En el cuarto conocido como “La Celda”, nació su segunda hija Sor Juana a quien días después llevan a bautizar a la Iglesia Dominica de San Vicente Ferrer Chimalhuacan, la más cercana a Nepantla (se ubica en el actual municipio de Ozumba edo. De México, a 12 Km de Nepantla, por la carretera Cuautla, Amecameca) a los tres años nació su hermana María y su padre abandonó a la familia por lo que ellas se fueron a la hacienda de Panoayan (cerca de sirvientes y esclavos de la hacienda, de origen indígena y mulato respectivamente, captando sus lenguas nativas. Había otros factores que afectaron a Sor Juana: la muerte de su abuelo y los amores que tenía doña Isabel con el capitán Diego Ruiz Lozano, originario de Cholula, con quien tuvo 3 hijos, esto provocó un rechazo evidente y preocupante de la niña a su madre. Asistía en Amecameca, con una hermana suya, a la escuela de una profesora de primeras letras, donde aprendió a leer, escribir, cantar y bordar.
El acomodado don Juan de Mata tenía una biblioteca con obras de Calderón y Góngora, historia de las indias, libros en latín etc., los cuales lee sor Juana. Además el bachiller Martín de Olivos le daba clases particulares de latín, por si fuera poco le prestaban y obsequiaban libros de: gramática, teología, física, astronomía, matemáticas, retórica, mitología, música y literatura española, griega, latina, italiana, francesa, hebrea y portuguesa.
Aprendió a leer el vascuence, portugués y nahuatl. A los 7 años pidió a su madre que “mudándole de traje”, es decir vistiéndola de hombre la enviara a la Universidad. Estudió en la biblioteca de su abuelo y a los 8 años quiso entrar a la Universidad de México y escribió una Loa Eucarística para la festividad del Corpus. A los 9 años su madre la trasladó a la ciudad de México, la capital del virreinato, donde estudió latín y humanidades con el padre Martín de Olivar, y la alojó en la casa de su tía.
Empeñosa en el estudio y aún obstinada, recurría al cruel medio de cortarse el cabello hasta no conseguir aprender lo que deseaba, pues decía: “... sucedía así que él crecía aprisa y yo aprendía despacio, y con efecto le cortaba... que no me parecía razón que estuviese vestida de cabellos, cabeza que estaba tan desnuda de noticias, que era más apetecible adorno” era tanta su devoción por el estudio que no comía queso pensando que la volvería tonta. De natural belleza y talento, pronto cobró fama y figura en la corte, a los 15 años en 1664, se hizo dama de honor de la virreina Leonor María Carreto de Toledo, llamada por sor Juana en sus poemas “Laura”, marquesa de Mancera. Deseoso de aquilatar la sabiduría y donaire de que tantas muestras daba la joven, el virrey de Mancera Antonio Sebastián de Toledo hizo reunir a numerosos hombres doctos en artes y ciencias, y a profesores de la Universidad para que en presencia suya y de la Corte la examinaran. Ante ellos compareció Juana Inés y con gran soltura contestó a las preguntas, argumentos y réplicas que se le propusieron por lo cual fue objeto de asombro y veneración su inteligencia, memoria y discreción. Aunque admirada y cortejada de pronto decidió abrazar la existencia monástica ya que por su origen legítimo no era bien aceptado para el matrimonio. Ella dejó escrito que fue su deseo “ vivir sola, no tener ocupación alguna obligatoria embarazase la libertad de mi estudio, ni el rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros”.
El 14 de agosto de 1667, según varias fuentes que manejan diferente información sobre la edad a la que sor Juana abandonó la vida de la corte, y sobre del primer convento al que ingresó, aseguran que sea cual fuere el convento, enferma lo abandonó seis meses después, el 18 de Noviembre de 1667. Algunos biógrafos han atribuido su ingreso a la vida monástica a un amor no correspondido, pero ella declaró que sólo este modo de vida le ofrecía la oportunidad de llevar a cabo sus propósitos intelectuales.
Instigada por su confesor, el poderoso jesuita Antonio Nuñez de Miranda, entró en un convento de Carmelitas descalzas del cual salió poco tiempo después. En 1669 la virreina le consigue una dote con Pedro Velázquez de la cadena, pariente lejano de la joven, y el 24 de febrero del mismo año se aloja y profesa en el convento de San Jerónimo de la ciudad de México, en el cual murió, en este convento estudió literatura, teología, historia, música y ciencia; reunió una biblioteca de 4000 volúmenes, muchos mapas e instrumentos musicales y se dedicó a escribir poesía y teatro religioso y profano. Fue contadora y archivista de ese convento por 9 años y 2 veces nominada como priora, cargo que no aceptó; aprende a cocinar creando sus propias recetas. Consagrada al estudio, no dejó de suscitar y crearse envidias y problemas con las monjas enclaustradas.
En 1673 los virreyes de Mancera se van de la corte, pero con la llegada de los nuevos gobernantes en 1680 (el Conde de Paredes y María Luisa, Marquesa de la Laguna) se crea una nueva amistad. A esta virreina le llama “Lysi” en sus poemas y Sor Juana misma se autonombra “Julia”. Por su parte la virreina “Laura” muere antes de partir a España, lo cual entristeció mucho a Sor Juana.
Con la llegada de los virreyes de la Laguna se convoca a un concurso de poesía el cual ganó sor Juana. Cuando cambian a los Marqueses de la Laguna, María Luisa le promete que publicaría sus obras en España (con el nombre de “Inundación Cristálida”). No obstante, la ayuda de la virreina desaparece con la muerte de su esposo. Escribía de continuo en verso y prosa, y por haber impugnado un sermón del Padre Vieyra, famoso predicador, el obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz, bajo el seudónimo de Sor Filotea de la Cruz, le dirigió una torpe misiva, exhortándola a que poniendo los ojos en el cielo se apartara de las letras profanas o mundanas para consagrarse de entero a la religión, lo cual penitencia y al cuidado de sus compañeras enfermas, de lo cual se manejan varias enfermedades. Sor Juana duda de sí misma y se deprime. Ella a sus 44 años ora, ayuna y se flagela sin medida. Acaba por hacer una confesión, y ante el tribunal divino pide perdón y firma con su propia sangre: “He sido y soy la peor que ha habido. A todas pido perdón por amor de Dios y de su madre, yo la peor del mundo, Juana Inés de la Cruz” en otra protesta dice: “La más indigna e ingrata criatura de cuantas crió vuestra omnipotencia, y la más desconocida de cuantos crió vuestro amor”.
Su época más fecunda empieza en 1680 con la concepción del Neptuno Alegórico, arco triunfal en honor de los virreyes de la Laguna, cuya barroca y magnifica “fabrica” le abrió las puertas de palacio y la convirtió en favorita de los virreyes, sus mecenas. Es entonces cuando despidió a su confesor, según se deduce de la recientemente descubierta Carta al Padre Nuñez, escrita en torno de 1682, y que ha mostrado una faceta polémica y argumentativa de la monja.
De 1680 a 1688, es una época de gran producción literaria, en la que abundan admirables sonetos, endechas, glosas, quintillas, décimas, redondillas, ovillejos amorosos, religiosos, filosóficos y satíricos, numerosos romances, composiciones en las que destaca su gran variedad de metros y estrofas. Esta cualidad la coloca, según Tomás Navarro Tomás, entre los más altos poetas de su periodo, apenas igualada por ninguno anterior. En los villancicos, quizá uno de los aspectos menos estudiados de su obra, despliega la mayor riqueza. Obras de todo tipo y género, cortesanas y religiosas; su obra principalmente poesías líricas, dramáticas, alegóricas, sacras, festivas y populares; así como el teatro.
La producción de Sor Juana en su mayoría poética, con todo y ser presa de la misma afectación, por su sinceridad y fuerza alcanza tonos desconocidos de sus contemporáneos, en grado tal, que hay quienes piensan que ella, y Juan de Alarcón, integran “La mayor gloria de México virreinal” más aún: que únicamente por Sor Juana se salva la literatura del siglo XVII, que era cultivada por “poetas sin condiciones de cultura ni talento”. Aunque deudora en ocasiones de las afectaciones barrocas, su estilo se caracteriza en general por una aparente sencillez formal al servicio de la expresión de emociones profundas.
De la lírica sorjuanesca son unas 6 decenas de romances, unos sacros y otros amorosos; numerosas Décimas y Sonetos, con temas muy variados: amor, agradecimiento, historia, mitología y moralidad. De carácter sacro son los Villancicos y las Letras: los primeros, pequeñas composiciones de tono religioso que se entonaban por Navidad, la Asunción y la Concepción; y las segundas de temas vernáculos que se cantaban en las Iglesias como parte de la función coral. La obra dramática la forman sus autos sacramentales, Loas y Comedias. Los autos son 3: El Divino Narciso, El Cetro de José y El Mártir del Sacramento.
Las Loas son unas 30, la mayoría escritas en alabanza de personajes de la corte. Sus piezas dramáticas profanas son: Los empeños de una casa, comedia de capa y espada, y Amor es más laberinto, obra culterana. En prosa escribió: Neptuno Alegórico, Explicación del Arco, Razón de la Fábrica alegórica y aplicación de la Fábula, Carta atenagórica y Respuesta de sor Filotea de la Cruz.
Ganó a los 8 años un libro como premio por escribir y declamar su poema “Loa al Santísimo Sacramento”, con motivo de esta fiesta en Amecameca. Por su enorme facilidad de escribir obras y versos, mucha gente le encargaba poesías para diversas ocasiones. Así casi el único poema que debe haber escrito por gusto propio es el ya mencionado “Primero Sueño” en cuyos 993 versos expone las situaciones que más le intrigaron. Entra como corista en el convento de San Jerónimo y escribe un tratado teórico llamado “El Caracol”
Con la llegada de los virreyes de la Laguna se convoca a un concurso de poesía, el cual ganó Sor Juana con su obra “El Neptuno Alegórico”. Cuando cambian a los marqueses de la Laguna, Ma. Luisa le promete a la poetisa que publicaría sus obras en España, donde tiempos después la llamarían “La Décima Musa”, “Fénix de América” y “Glorioso desempeño de su sexo”. Los 3 volúmenes de sus obras se publicaron por primera vez en España, gracias a la condesa de Paredes, sus mecenas y musa, estos son: Inundación Castálidas, Segundo volumen y de las que, cosa insólita, se hicieron 20 reediciones españolas de 1689 a 1725, incluidas las de Fama y obras póstumas.
En 1690 el obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz pide a Sor Juana que haga por escrito sus comentarios acerca del sermón del Jesuita portugués Padre Antonio Vieyra, escrito 40 años atrás. Sor Juana valientemente demostró los errores de Vieyra acerca de “las finanzas del Amor de Cristo” y defendió las posturas de Santo Tomas, san Agustín y San Crisostomo. Sin avisarle el obispo lo publica en la llamada “Carta atenagorica”, precedida por la carta de Sor Filotea, nombre bajo el cual se trasviste el dignatario, lo cual es señal de una probable persecución que la obligó a abandonar las letras, tras lo cual entregó para su venta los 4000 volúmenes de su biblioteca, sus útiles científicos y sus instrumentos musicales, para dedicar el producto de ellos a fines piadosos. Justamente célebre es la obra de Sor Juana, Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, contestación a la carta del obispo de Santa Cruz, una autohagiobiografía y a la vez una brillante defensa del derecho femenino a expresarse libremente. A partir de 1694 no publicó nada aunque siguió escribiendo, como prueban los Enigmas, poemas manuscritos que conforman un libro intitulado La Casa del Placer, recientemente publicado. Un inventario del siglo XIX encontrado en su celda, da cuenta de 15 manuscritos póstumos con poemas sagrados y profanos.
Sor Juana ocupó cargos importantes en su convento y murió siendo contadora, oficio que desempeñó hasta su muerte. Como en esa época sólo asistían hombres a los pocos colegios que había en la región, existían maestras llamadas “amigas” quienes daban clases particulares de lectura, escritura y matemáticas básicas.
Una sociedad predominantemente masculina en la época virreinal del siglo XVII. En cortes virreinales, se desarrolló una literatura influida por el estilo barroco español y, en particular, por la poesía de Luis de Góngora y Argote, “el gongorismo” o “culteranismo” cuya máxima exponente fue Sor Juana. Al ver doña Isabel los dones e inquietudes de su hija de 11 años y por el ambiente no tan propicio para su formación, decide enviarla a la ciudad de México, capital y máximo centro cultural del virreinato, donde vivían tíos sus maternos: María Ramírez Mata y Juan de Mata. Ella sabía que las únicas opciones para la mujer de su época eran el matrimonio o el convento. Este último era el que le permitiría concentrarse en sus estudios y no vivir en la sumisión.
Ese tiempo era exageradamente antifeminista y moralista. En Julio de 1641 en la cd. De México comienzan a desatarse fenómenos naturales que crean pánico en la supersticiosa gente por ser malos augurios: granizados que provocan inundaciones y enfermedades, un eclipse solar y la plaga del gorgojo, que destruyó cosechas. Esto a su vez causó hambre y descontento entre la población que respondió a la autoridad con violencia.
La literatura del barroco tenía las siguientes características:
- Hay refinamiento estético exagerado.
- Se altera la sintaxis. (Hipérbaton)
- Se hacen juegos de palabras para lograr contrastes.
- Usa palabras originales y justas.
- Es muy rebuscada.

CARACTERISTICAS DE LA POESIA DE SOR JUANA:

- Virtuosismo: es decir, elaboraba versos de estructura métrica muy variada.
- Ingenio: para la creación de rimas armoniosas y sonoras.
-Habilidad: para producir versos que al declamarse poseen musicalidad y ritmo.
Tocóle en suerte vivir una época en que la literatura nacional era copia, más o menos fiel, de la española; culteranismo, estilo que se agudiza en gongorismo; y la tendencia de los escritores de ese tiempo a escribir únicamente en verso, la cual por la estabilización que preferían, cuajaba en exposiciones que constituían verdaderos logogríficos del intelecto: se vestía a la idea con un ropaje enfarragoso, para luego gozar en desnudarla. Al respecto ha dicho un autor que “en tal época hablar claro era un pecado.”
Hasta 1950 se carecía de una buena edición de su obra. Por eso, en 1951, Alfonso Méndez Plancarte empezó a ordenarla en 4 tomos, y sigue siendo la versión más completa y autorizada de que disponemos; en 1995, la Universidad Nacional Autónoma de México publicó los facsímiles de sus primeras ediciones.
Tropezones y un notorio dispositivo de seguridad fueron la constante en el antiguo convento donde la “Décima Musa” vivió los últimos años de su vida. Frente a un altar iluminado, que trató de ser íntimo a pesar del centenar de acalorados visitantes, y dos retratos de Juana Ramírez de Asbaje, Octavio Paz leyó su Oración Fúnebre, tal y como hace tres siglos lo hizo el escritor Carlos Siguenza y Góngora en la fecha justa que expiró sor Juana.
En su larga alocución, el autor del ensayo Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe dijo que en aquella hay “una insólita y triple conjunción: la intelectual, la poetisa y la mujer. En nuestro siglo habría sido una gran ensayista por la fusión de dos cualidades casi siempre opuestas: la razón y la sensibilidad”, añadió al hablar de su variado cultivo del teatro profano y el sagrado; la poesía lírica y la metafísica; su destacada expresión del sentimiento amoroso; su poesía que es “Un remanso de agua”; que representa “la lucidez y la melancolía, la mirada reflexiva y la nostalgia; poesía del amor y poesía del pensamiento”
Primero Sueño es un extraordinario poema en forma de silva 975 versos en el que rivaliza con el Góngora de la Soledades y del que ella misma dijo: “...no me acuerdo de haber escrito por mi gusto sino un papelillo que llaman El Sueño”. En las trampas de la fe, Octavio Paz traza las principales diferencias entre los dos poetas; “La poetisa mexicana se propone describir una realidad que, por definición, no es visible. Su tema es la experiencia de un mundo que está más allá de los sentidos”. Y José Gaos, filósofo español exiliado en México tras la guerra civil española, advierte: “El poema de Sor Juana es un astro de oscuros fulgores absolutamente sereno en el firmamento de su edad”
Los poemas de amor profano de Sor Juana, a juicio de Marcelino Menéndez y Pelayo, son de los más suaves y delicados que hayan salido de pluma de mujer, entre ellos el Romance de la ausencia, las Liras, los sonetos A la Rosa, Detente sombra, A la muerte del Duque de Varagua y sus populares Rondillas. Y de ella ha dicho: “No se juzgue a Sor Juana por sus símbolos y jeroglíficos, por su Neptuno alegórico... por los innumerables rasgos de su poesía trivial y casera de que están llenos los romances décimas conque amenizaba los saraos de los virreyes Marqués de Mancera y Conde de Paredes. Todo esto no es más que un curioso documento para la historia de las costumbres coloniales y un claro testimonio de cómo la tiranía del medio ambiente puede llegar a pervertir las naturalezas más privilegiadas”... “lo que más interesa en sus obras es el rarísimo fenómeno psicológico que ofrece la persona de su autora”... “hay acentos de sus versos que no pueden venir de la imitación literaria”.
El obispo Fernández critica duramente a la monja: “Lastima que un tan grande entendimiento, de tal manera se abata a las rastreras noticias de la Tierra”.
Califica de pecaminosas sus aptitudes y conocimientos en la carta a Sor Juana.
“Domina muy bien el difícil estilo culterano y está igualmente bien versada en todos los géneros y métricas de la literatura española” Se le considera monja jerónima del siglo XVII cuya labor se ha considerado del presente. Sor Juana, dice el extinto académico José Rubén Romero, estará satisfecha de que se le nombre cotidianamente, se le situé en nuestros días y se le trate con una sencilla familiaridad de ser que aún vive entre nosotros. Todavía hay mexicanos que al referirse a ella, suspirando dicen: “ ¡Ah, aquella chica tan bella que se nos hizo monja!”. Una polémica sobre los últimos años de su vida dividió a los sorjuanistas: unos postulaban la tesis de su conversión, otros atribuían su silencio final a una persecución. Recientes descubrimientos parecen confirmar esta última tesis. El historiador mexicano Elías Trabulse publicó en 1996 un documento satírico, muy probablemente autógrafo de Sor Juana, la Carta de Serafina de Cristo, escrita en 1691, un mes antes de la Respuesta de Sor Filotea, en donde la monja revela que el verdadero personaje impugnado en su Atenagórica es el Padre Nuñez. Trabulse asegura que sor Juana fue objeto de un juicio secreto instituido por el obispo Aguiar y Seijas y amparado por el derecho Canónico, si se incurría en “un error religioso”: los cinco documentos finales de Sor Juana sería prueba fehaciente de dicho proceso.
Diferentes fuentes bibliográficas manejan muchos tipos de información sobre la forma en que murió Sor Juana, pero todas manejan la misma fecha: 17 de Abril de 1695. Ha pasado a la historia con los significativos nombres con que la crítica la ha bautizado: “La Décima Musa”, “Fénix de México” y “La Monja Mexicana”.
NEOCLASICISMO

ANDRES BELLO


Andrés Bello, notable humanista que destacó en la educación americana con sus principios e ideas innovadoras. Representa en América la ilustración más viva y su acción educativa infatigable, fue una verdadero avance en pro de la liberación, el desarrollo y la transformación educativa y cultural de nuestros pueblos. Con su obra y acción se establecen los cimientos culturales del continente.

"Su posición geográfica la acercaba a Europa, ello le favorecía la rapidez de las comunicaciones.
Antes que otras ciudades del continente, recibía las primeras 
noticias del Viejo Mundo así como también el contrabando y el ingreso de libros y escritos prohibidos.
El 
interés del comercio la había sacudido sin dejar de lado la agricultura; la curiosidad científica, tan desarrollada en la época había movilizado a sus habitantes. Toda esta agitación no había podido romper con la vida de una sociedad fuertemente jerarquizada."
Se aprecia también que en la 
historia de América habían dos luchas importantes pero diferentes:
·         Revolución de independencia
·         Guerra de independencia
La Revolución no se reduce a provocar el desprendimiento político de España que busca reaccionar contra un sistema de filosofía caduco, abomina de una escolástica que juzga insuficiente, tiene la ambición de precipitar a las nuevas generaciones de América en la corriente vertiginosa de las cienciascontemporáneas, se enamora de las matemáticas, en las ciencias naturales, opone el contacto social de Rousseou al derecho divino de los reyes, implica una revisión de todos los conceptos tradicionales.
Con la Revolución Francesa y con el triunfo de los enciclopedistas el hemisferio occidental se quemó en la propia hoguera de su pasión purificadora."
Y aquí en América cuando por primera vez se entrevén estos actos, cuando los jóvenes se encuentran ante el desarrollo de las ciencias se desata un movimiento revolucionario.
Para el revolucionario, la conquista del poder no constituye sino un aspecto de la cuestión; para el guerrero lo constituye todo.
"La revolución estaba en marcha desde la segunda mitad del siglo XVIII, surgió de los libros que llegaban de contrabando a las colonias y al recuerdo de los gritos de la gente que se sublevó contra la 
autoridad española en la guerra de los comuneros. La guerra era un accidente necesario en el desarrollo de ésta, pero triunfar en la guerra no implica sino independencia política."
Por una circunstancia feliz para la ciudad de Caracas nacieron allí y casi por los mismos años tres figuras del mayor 
relieve: uno para la historia de la revolución de América y los otros para la de la guerra: Andrés Bello, Simón Bolívar y Francisco Miranda.
En su juventud se les vio juntos muchas veces: Bello y Bolívar. Una misma ambición les puso a los dos sobre la pista de libertar a las colonias españolas
La vida les va separando porque cada cual escoge su camino. Pero lo esencial para situar al uno y al otro dentro de la escena histórica es ver cómo aparecen en la hora crucial cuando el tema que apasiona a las nuevas generaciones es el de la emancipación americana.
Aquello fue para nosotros como 
el renacimiento. Lo que parecía un continente pasivo y silencioso, descubrió las potencias sumergidas de su capacidad creadora y recreadora.
" De Bolívar se ha dicho que no fue hijo de patria alguna sino que muchas patrias fueron hijas de él"; y lo mismo fueron los sabios. O digamos los humanistas, porque hay mucha semejanza entre la obra que hicieron en Europa los humanistas del siglo XVI y la que en América emprendieron, en el siglo XIX, 
hombre como Bello.
La historia de Andrés Bello y su significación dentro de la vida americana es la historia de una pasión, pasión no sólo la suya, sino de la época; de dos generaciones nada más, que empujadas por un estímulo extraordinario se lanzaron a la más desmesurada 
empresa.
Como antecedentes, para nosotros, los del nuevo mundo, no existe sino uno: el de las dos generaciones que hicieron también
lo que se ha llamado el descubrimiento la conquista de América.
También al final del siglo XVIII los americanos se encontraron como delante de un nuevo mundo y se dieron al tarea de penetrarlo, de hacerlo suyo, de dominarlo, de exhibirlo ante el mundo antiguo como algo inesperado y sorprendente.
Los naturalistas surgidos inesperadamente de los claustros en donde se está muriendo las escolástica. "A Andrés Bello hay que situarlo dentro de este momento de alborozo americano para comprender su obra, y para explicarse cómo sus capacidades físicas se multiplicaron hasta permitirle realizar una labor que en tiempos normales dejaría arruinado tempranamente al más vigoroso organismo."
El espasmo de la lucha, el contagio de la ambición era parejo entonces en Europa y América. Para apreciar el panorama universal que se presentó a los ojos de los espectadores de aquel drama, hay que ver cómo contemporáneos Goethe, Beethoven, Napoleón, Miranda, Víctor Hugo.
"Vieron surgir la burguesía, rodar la más rutilante corona de monarca, emanciparse todo un continente, renovase todos los comportamientos de 
la ciencia, huracanarse la literatura."
Es en este momento en Caracas, 
Venezuela, donde nace "en el año de 1780 el 30 de noviembre, en su casa - Don Andrés Bello y López." Otros autores manifiestan "que nació en 1781 y sus nombre completos fueron: Andrés de Jesús María y José Bello López."
Su padre, Bartolomé Bello fue abogado y tuvo gusto por la comprensión musical. Su madre, doña Antonia López se dedicó a su casa, quiso mucho a Andrés y los hijos de él. Andrés era afectuoso a pesar de su apariencia fría y reservada.
Fue el primogénito de su familia, tuvo 3 hermanos: Carlos, Florencio y Don Eusebio; 4 hermanas: doña Dolores, Rosario y Doña María de los Santos (monja). Don Andrés fue muy amante de sus hermanos.
Su primer maestro fue un tío paterno, religioso del convento: Fray Cristóbal de Quesada. Le enseño latín.
"La composición, los vicios en que pueden incurrir los escritores, 
el lenguaje, las ideas sus lecciones se extendían a la 7gramática y a la literatura, a la letra y al espíritu. Le enseñaban a pensar, le obligaba a reflexionar en vez de enseñarle retener lo que oía si entenderle a repetir"
Bello a su turno se inicia en el estudio de las lenguas por circunstancias casi accidentales. Su primer maestro fue un tío paterno, religioso del convento: Fray Cristóbal de Quesada que le enseñó latín "la composición, los vicios en que suelen incurrir los escritores, el lenguaje, las ideas, sus lecciones se extendían a la gramática y a la literatura, a la letra y al espíritu."
Bello se encontraba con fuerzas para estudiar filosofía junto con el latín, pero el padre Quesada se opuso. Le enseñaba a pensar, le obligaba a reflexionar en vez de enseñarle a retener lo que oía sin entenderlo y a repetir.
Aprendió en el convento de la Merced de Caracas no sólo el latín sino también el 
castellano, recorría uno por uno los libros sobre materias literarias,leyó a Don Quijote de Cervantes.
Bello era entonces un niño; traduce los pasajes más difíciles, a los 11 años destinaba casi todo su 
dinero a comprar comedias de Calderón, tenía pasión por los dramas Lope de Vega, la lectura era una de sus distracciones predilectas.
"Un caballero se entusiasma por ver su pasión por el estudio y le regala una gramática francesa, Bello la devora y consultando a un francés sobre la pronunciación, pronto está en la capacidad de hablar este idioma y traducirlo"
"Cuenta Amunátegui en su vida de Bello que el presbítero Montenegro sorprende a Bello leyendo a Racine y le dice: "Es mucha lástima, amigo mío, que usted haya aprendido el francés"
Enseguida y por el mismo 
procedimiento aprendió el inglés, adquirió la gramática, en este caso no encontró quien le diera
claves de la pronunciación aunque traducía con exactitud.
A medida que explora los idiomas, su curiosidad le llevó a estudiar su historia y su 
estructura. Hace las más prolijas investigaciones sobre los orígenes de la lengua castellana "y el resultado último de sus estudios y de su deseo de imponer un nuevo orden en el mundo de las letras le conduce a escribir la gramática castellana, para uso de los americanos, sobre este plan era eminentemente revolucionario desprender la gramática castellana de la gramática latina; el punto de vista de Bello en el estudio científico y comparado de las lenguas y sus opiniones fueron tan decisivas que la gramática escrita por él sobre un nuevo plan se adoptó casi enseguida por la Academia Española."
"Como estudiante, él mismo emprendió las carreras de abogado y médico simultáneamente aunque no tenía afición por ninguna de ellas."
América fue un estímulo que empujó a Bello para escribir, sobretodo su obra a la zona tórrida sigue siendo la página que mejor interpreta el paisaje.
Pasa largos años de estudios en Londres donde estudió filosofía inglesa. "Se aprovechó no sólo de su lengua sino también de su pensamiento filosófico; estudió el griego y leyó a sus 
filósofos. Las cuestiones filosóficas atraían más su atención pero también escribía poemas.
Contrajo 
matrimonio con una joven inglesa que compartió su modesto vivir y más tarde su relativo bienestar; tuvo 2 hijos: Juan y Carlos (llegaron a ser ciudadanos útiles, escritores y hombres públicos).
Pero, " la razón de su vida y su obra: el mundo americano", por esto dio a su libro más importante este título: "Gramática de la Lengua Castellana destinada al uso de los Americanos.
Y por eso su 
alma de poeta se detuvo a admirar la naturaleza. No hay que olvidar cómo la formación del espíritu revolucionario en las universidades de la colonia se inició con el estudio de las ciencias naturales.
Puso mucho énfasis en realizar el catálogo poético de la zona tórrida pasando a escribir las rimas: "Silva a la agricultura de la zona tórrida", "La oración por todos".
El poema a La Vacuna donde Bello despliega todo el ímpetu de liberación mezclado mezclado a los acentos sencillos de la vida rural.
Es un tanto parecido el mundo que rodeó a Bello, al que sirvió de escenario al 
genio múltiple de Goethe, por eso, hay zonas en su actividad como en la de Bello; que tenían el encanto de una confusión en la cual no se sabe si quien está hablando es el naturalista o el poeta.
Bello entabla amistad con el sabio Humboldt y lo acompaña en varias excursiones de exploración científica. "Tiene que ordenar el mundo tumultuoso, contradictorio y dilatado de América. En Chile tuvo que escribir su tratado de Derecho Internacional, redactar el Código Civil, introducir el estudio de las Ciencias; representar a Colombia en Londres, acudir al senado, crear la Universidad, porque a todos estos frentes tenía que atender un hombre de sutiempo"
El gobierno de Chile le encargó la redacción de El Araucano y en él publicó el proyecto del Código Civil. En otro periódico, Crepúsculo, escribió diversos ensayos filosóficos y su obra filosófica: Ensayos sobre el entendimiento Humano.
La labor docente de Bello en la 
capital chilena fue de los más fecunda, impartió lecciones privadas, enseño Derecho Romano, Sociología, Derecho Internacional y Humanidades.
Junto con seguir el curso de Filosofía, Bello había empezado a ejercitarse en la 
enseñanza; entre varios discípulos que se le confiaron se contó con Simón Bolívar, al que enseñó geografía.
Bello tiene innumerables escritos de divulgación científica en todo orden de conocimientos. En el repertorio Americano aparecen: Historia de la doctrina de los elementos de los cuerpos, 
introducción a los elementos de Física, descripción de la Cochinilla mística - su cría y beneficio - El ensayopolítico sobre la isla de Cuba por Humboldt, Descubrimiento de un nuevo remedio contra la papera.
En la 
biblioteca americana que funda en Londres traduce o extracta artículos sobre magnetismo terrestre, teoría de las proporciones y la tabla de los elementos químicos, cultivo y beneficio del cáñamo.
"Era aquella la ambición de poner a América en contacto con la ciencia europea; no se trata de interpretar al europeo, sino de hacer ciencia americana, y de afirmar definitivamente la inteligencia americana como realidad viva y despejada"
En 1884 publica Bello en Chile su cosmografía o descripción del universo conforme a los últimos descubrimientos, este libro se refiere al modo más comprensivo y sencillo que me sea posible los grandes resultados de la ciencia.
Para los universitarios que concibieron la emancipación de América desde los libros, la guerra fue un medio, un instrumento necesario que debía conducir a una América libre y pacífica.
En el canto a La Agricultura de la zona tórrida Bello va desentrañando la república del fondo oscuro en donde el labrador pone a germinar las semillas.
Por estas razones, Bello puede considerarse como un prototipo de Humanista en América. El volvió los ojos a las letras de otro tiempo para vivificarlas, introdujo en Chile las costumbre por leer, se pronunció contra las limitaciones a la 
importación de libros, defendió la libertad.
Si en su momento el latín fue un arma eficaz de lucha, en América el idioma castellano habría de realizar una revolución.
"Lo esencial en el 
humanismo es la actitud: es la inconformidad con un pasado que quiere prolongarse absurdamente. De ahí la posición que adoptó Bello frente al latín y que con muy buen sentido resume Amunátegui: Bello quería que el fundamento del curso de humanidades fuese el estudio del castellano."
En 1843 el gobierno chileno se decidió a crear la Universidad que Bello propugnaba y de la cual fue nombrado rector, ésta fue la culminación de su labor docente y el pedestal de su obra de civilizador. "Los principios de 
Derecho Internacional" fueron acogidos por todos los países americanos y varios extranjeros.
"La vida luminosa del insigne humanista se apagó el 15 de octubre de 1865, provocando un duelo profundo en Chile que también duelo general de todo el mundo de habla castellana.
Chile y Bello se complementaron, aquel era un país pobre e inculto pero dotado de seriedad, de amor al progreso, al orden, a la cultura, y éste era un espíritu precisamente serio, profundo, generoso y sabio. Su ideología era conservadora pero no intransigente, respetaba la tradición, era católico practicante, amaba el idioma, espíritu abierto a la luz de todas direcciones, fue poeta, filósofo, pedagogo, gramático, jurisconsulto, crítico, literario, políglota, investigador literario y científico, filólogo, periodista, sociólogo, diplomático y ante todo humanista."



ROMANTICISMO

 El romanticismo fue el que propuso con creciente nitidez desde 1830 unos ideales, un estilo y unas actitudes bien distintos de los de la época colonial que se había dejado atrás y que se quería olvidar; o al menos reinterpretar, en las áreas donde el empeño de rechazo no se dio de manera tan radical. A fin de cuentas, el movimiento romántico vino a cohesionar los intereses comunes y las mismas señas de identidad de las burguesías criollas. Cuando terminó su impulso había infundido una fisonomía sustancial a las literaturas hispanoamericanas, prestándoles una visión moderna de la vida y la historia el arte y la naturaleza.
Al haber prendido con fuerza tan indeleble el Romanticismo estuvo lejos de desaparecer ante los nuevos movimientos renovadores que comenzaron a presionar en las etapas finales del siglo XIX: realismo y naturalismo, simbolismo y modernismo. Muchos de sus rasgos se diluyeron en estas nuevas corrientes y algunos incluso alcanzaron a sobrevivirlas.

LA ADAPTACIÓN ROMÁNTICA AMERICANA

   Ahora bien, un marco como el americano forzosamente tenía que alterar las matrices europeas de un movimiento que, como es sabido, cubrió todos y cada uno de los aspectos de la vida: desde planteamientos de la sociedad y filosóficos hasta la psicología del individuo y las modas.
Dos de los aspectos que con mayor hincapié se maximizaron en América han sido señalados ya. Uno, fue el nacionalismo y la búsqueda de lo originario; incluyó el nacionalismo lingüístico según se ha visto, más certero en la insistencia que en los hallazgos verdaderos. Otro fue la identificación de cambio literario y transformaciones sociales y políticas.
Normalmente, los escritores que se adhirieron al credo romántico hicieron de él una arma política, sacrificando a menudo la creación literaria en aras de la eficacia política de sus escritos. No es de extrañar, por tanto, que fuera la narrativa el género literario más fecundo, mientras la poesía era las más de las veces descuidada cuando no infravalorada.
Las opciones de cambio social y político se limitaban al restringido entorno de las capas sociales criollas influidas por el liberalismo europeo. Su estrecha visión clasista de la sociedad atribuía todos .los males a la ausencia de una verdadera cultura ilustrada que, a imagen de los círculos intelectuales y artísticos parisinos, había de llevar a cabo el cambio de una sociedad rural y salvaje a otra civilización urbana y culta, de la que eran únicas depositarias las clases medias y dirigentes. Posturas verdaderamente comprometidas con cambios sociales fundamentales sólo se dieron en contados casos. E1 más ilustre fue el del cubano José Martí (1853-1895), el líder de la causa independentista contra España y máxima figura literaria de la isla en el siglo XlX. Su infatigable actividad política le dejó; demasiado poco tiempo para culminar la elaboración de la prosa romántica en innumerables artículos, cartas, ensayos y discursos que explayaban su pensamiento; en una única novela, Amistad funesta (1885), que engranó con la renovación modernista, al igual que sus colecciones de poemas (Ismaelillo, 1882, los póstumos Versos libres y Flores del destierro: lo tardío de su publicación retardó su influencia).
Otro gigante aislado fue el peruano Manuel González Prada (1848-1918). Polemista temible, poeta (Minúsculas, 1910; Exóticas, 1911, una serie de Baladas en que adaptó con enorme eficacia para sus fines de protesta el romance español), prosista aún de mayor calidad y pensador opuesto al ordenamiento en bloque de su tiempo y de su país, fue así mismo un militante activo; la influencia de su pensamiento ha alargado hasta ciertas formaciones políticas del moderno Perú.

La propagación del Romanticismo


         Quizás en bastantes planos caló menos la apertura de la nueva sensibilidad romántica, de un talante ávido de hacer tabula rasa de las normas vigentes (morales, estéticas, sociales); que las galas formales del Romanticismo. Se difundieron sobre todo su propensión al dramatismo, a la grandilocuencia, a la retórica; su exaltación violenta de las situaciones y el énfasis en lo pasional; el gusto por la exageración de la individualidad y su temario de inspiración. Un factor de importancia lo reportaron las vías de penetración del movimiento: amortiguado regularmente por el cedazo de las fuentes españolas. E1 Romanticismo pudo con tener tanto potencial revolucionario como conservador y cristiano. En la prosa y en la poesía, el catolicismo impregnó profundamente muchas de las obras representativas del período.

         A redondear el tránsito abierto por figuras Como Heredia y Bello contribuyeron sobre todo los argentinos desde 1830. Una generación preparada en los cenáculos literarios de Buenos Aires encontró su abanderado en Esteban Echeverría (1805-1851), formado en París y autor de importantes libros de versos (Los Consuelos, 1834, y Rimas, 1837; la sección de este último titulado La cautiva se consideró fundamento de la poesía nacional). Revistió igual o mayor trascendencia su novela El matadero (escrita alrededor de 1840 y divulgada con posterioridad a su muerte): en ella explayó una atroz alegoría de su patria, desgarrada por la primacía de las fuerzas que para él encarnaban el salvajismo (las sostenedoras del dictador Rosas) sobre las depositarias de un futuro civilizado (las perseguidas encarnizadamente por el rosisrno). Las vestiduras románticas de esta obra envolvieron un extraordinario vigor descriptivo y una viveza casi naturalistas.
Desde la Asociación de Mayo fundada por Echeverría, escuela político-literaria, el Romanticismo irradió en círculos concéntricos no sólo en el Plata, sino en el continente. Desterrados por el régimen de Rosas, los románticos argentinos diseminaron su credo y sus libros hacia Uruguay, Chile, etc. Sin embargo, en otros países su impulso se conjugó con el de las escuelas nacionales que empezaron a brotar por doquier.

Las escuelas románticas nacionales


Al lado de la eclosión producida en Argentina, los progresos más inmediatamente perceptibles en el campo literario los albergó Colombia, con una promoción de excelentes poetas. Además de Julio Arboleda (1817-1861), inspirado en episodios coloniales para su poema épico Gonzalo de Oyón, y de José Eusebio Caro (1817-1853), lleno de aciertos expresivos en sus composiciones cívicas, destacó Gregorio Gutiérrez González (1826-1872): su Memoria sobre el cultivo del maíz en Antioquia (1866) reunió (lejos del prosaísmo que un título semejante pudiese sugerir) un cuadro realista del desbroce, sembrado y recolección maiceros, la refinada emoción lírica ante los trabajos agrícolas y el paisaje, el tono coloquial y el ensanchamiento del lenguaje con el vocabulario regional. A distancia en la originalidad formal, pero con la misma vena de sentimiento del paisaje (y de la mujer, vista como espectáculo natural), Rafael Pombo (1833-1912) recorrió distintas etapas hasta lindar con el modernismo.

En Ecuador, Perú, Bolivia, el Romanticismo cuajó más tardíamente, cuando ya había alcanzado su plenitud en las naciones vecinas. En México, confluyó con un esfuerzo de nacionalismo a toda costa, orientado a superar la anterior etapa de decadencia literaria con la mexicanización de la literatura, tal como la defendían los románticos congregados por la Academia Letrán. Antes debían ponerse sus cimientos, a lo que se aplicaron Guillerrno Prieto e Ignacio Altamirano, entre otros

El Romanticismo en Argentina se dividió para su estudio, en dos períodos:
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Primer período romántico: manifestaciones que se dan entre 1830 y 1860.
  
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Segundo período romántico: que abarca el lapso entre 1860 y 1880.
El romanticismo en Argentina estuvo más influenciado por Francia que por España, especialmente en los escritores de la zona de la costa atlántica.
Las principales características del romanticismo en Argentina son:
   
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Americanismo: la literatura refleja la realidad geográfica, histórica y cultural; las ideas, y las temáticas nacionales.
   
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Lo popular Se exalta en esta literatura romántica el popularismo sobre lo aristocrático.
   
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El yo del escritor se refleja en la obra, hay preferencia por lo sentimental sobre lo racional.
   
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Libertad: reflejada en la actitud del escritor frente al arte, se rompe con las reglas y normas clásicas, guiándose solamente por la propia originalidad, sin esquemas preestablecidos.
   
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Sentimientos: El principal sentimiento es el amor, idealizado; el sentimiento religioso, y Dios, que está asociado al hombre y a su entorno; la mujer que despierta sentimientos extremos (de ángel o demonio), sin prejuicios sociales; la naturaleza, con escenarios en ruinas, la soledad de la noche, o de los campos, la luna como única perturbadora de la privacidad del poeta, los bosques y los campos, o el mar.


Esteban Echeverría

Esteban Echeverría (1805-1851) fue el fundador, creador y promotor de una de las posibles literaturas argentinas: la concibió primero como posibilidad y necesidad nacional y preparó el espacio literario donde pudiera desarrollarse. Si bien la suya fue sólo una de las literaturas posibles (progresista, liberal, romántica, europeísta, politizada, intelectual) se transformó, por el valor estratégico de sus principios y tas circunstancias políticas de la vida nacional, en la variante más representativa de la literatura argentina moderna (aunque el clásico de nuestra literatura, el Martín Fierro, no pertenezca a esa corriente).
  Esa literatura mostró las aspiraciones de liderazgo, dominio y control intelectual, político y cultural de la pequeña burguesía argentina -ese nuevo sector social al que Echeverría pertenecía- en la vida de la nación moderna: capitalista, mercantil, progresista. Como otros estados surgidos en América, tras las victorias de las revoluciones norteamericana y francesa, Argentina contó con unapropuesta política y cultural (burguesa) propia.
  Echeverría procedió como si el mundo local de las letras no hubiese existido antes de la Revolución independentista de 1810. Al menos en lo que concierne al carácter "argentino", nacional de esa literatura. Lo escrito durante la época colonial anterior había  sido expresión literaria del vasallaje en que vivían las colonias americanas bajo la tiranía del decadente imperio español en América, que sofocaba el espíritu independiente regional, base de las nuevas nacionalidades constituidas a la caída del régimen colonial. Establece como momento de corte con el pasado y fundación de la nacionalidad lo que él denomina "Mayo", momento histórico en que la Revolución proyecta su sentido simbólico-alegórico en el mundo social, uniendo lo cultural y lo político, y creando una misión histórica nacional (Echeverría, Obras completas 222-6).
    Para Echeverría el individuo se realizaba subjetivamente en la historia y evolucionaba con ella. No diferenciaba lo cultural de lo estrictamente político. Su pensamiento era sumamente "moderno" y romántico: el hombre del destino, el genio romántico, llevaba sobre sus espaldas el peso de su sociedad¹. Debía dirigirla y, si no lo hacia, cargaba la culpa de faltar a su misión histórica. Los jóvenes de la Asociación de Mayo, que lideraba Echeverría, sintieron esa misión. Sintieron que debían salvar a la patria de la tiranía, ya que era el tirano quien impedía que triunfara la libertad y la democracia. Vivían en un presente degradado y deformado, que les impedía cumplir su misión histórica (el de la pequeña burguesía iluminada e intelectual, que debía dirigir al país, constituirlo, educar a las masas dentro de su filosofía nacional).
    Echeverría fundó el presente literario nacional como complemento del presente político nacional y del presente literario europeo, particularmente francés. Y procedió a definir "lo" nacional basado en su "doctrina", sintetizada en las palabras: fraternidad, igualdad, libertad, que hacían explícita la filiación francesa de su ideario revolucionario. Estas tres condiciones necesarias debían existir dentro de la asociación, para que la sociedad pudiera marchar hacia la democracia (Echeverría 159).  
   Echeverría estaba orgulloso de sus "progenitores": se reconoció "hijo" de los "padres" de la Revolución. En su interpretación explica que sus "padres" habían hecho la guerra y no habían tenido tiempo de organizar la cultura (aunque Rivadavia había sido un poderoso e inspirado antecedente) (Echeverría 99-102). Vio en el caudillismo el mal de su tiempo, el síntoma de una sociedad enferma. La sociedad estaba deformada. En vez de producir cultura producía anti-cultura. Se invertía el proceso histórico: la sociedad retrocedía en lugar de avanzan El caudillismo destruía la continuidad y evolución del proceso temporal. Tal como Sarmiento, Echeverría consideraba al caudillismo un núcleo semántico irradiador de sentidos sociológicos, políticos, culturales y económicos, como lo demuestra en su narración "El matadero".
   Para Echeverría, "Mayo", "Democracia", "razón, eran palabras y núcleos de sentido que centraban su pensamiento, rico y complejo. Quienes estudian a Echeverría se cansan de repetir que sus ideas no eran originales (qué pensamiento lo es en su sentido lato?) (Palcos, Historia de Echeverría 81-4)². Echeverría pensó su presente nacional a la luz de las ideas de los filósofos de la Ilustración, y en particular, de los pensadores contemporáneos: Saint Simon, Leroux y Lammenais. Sus ideas políticas estaban íntimamente asociadas a su condición de poeta romántico, de vate admirador de la estrella de Víctor Hugo y de Lord Byron, y lo que éstos significaron en la vida cultural y política de la Europa de su tiempo ("Fondo y forma en las obras de imaginación", OC 34 1-5).
   Como tantas obras americanas, militares, civiles y culturales, la literatura argentina empezó por ser un proyecto, basado en una teoría (Echeverría 362). Echeverría creyó que la literatura argentinadebía desarrollarse a partir de una idea, como una idea. Lo que no formara parte de esta idea no sería literatura argentina. 

Domingo Faustino Sarmiento

Sin duda uno de los escritores más importantes del siglo XIX argentino es el escritor sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento. En su ciudad natal Sarmiento se adhirió a la Sociedad Literaria, filial de la porteña asociación de Mayo, aunque en parte su pensamiento y su escritura adoptaron rasgos divergentes a los de Alberdi y Echeverría. Desde muy joven se desenvolvió como periodista y maestro (fundó un colegio de señoritas y se inició escribiendo en el periódico El Zonda) y en 1840 se exilia en el país limítrofe de Chile, donde en 1842, junto a V. F. López, funda nuevamente un periódico, El Progreso. La obra de este escritor es extensísima (sobre todo su labor periodística) y, en este sentido, es importante recordar que la edición de sus obras completas ocupa cincuenta y dos gruesos volúmenes. Entre sus libros más importantes pueden destacarse tres de carácter más profundamente autobiográfico, aunque la crítica literaria ha señalado con frecuencia que casi la totalidad de la escritura deSarmiento puede leerse como una autobiografía: Mi defensa (1843), Recuerdos de Provincia (1849) y Vida de Dominguito (1886). Es en estos textos dondeSarmiento organiza con mayor intensidad su figura de intelectual y escritor, aunque esta imagen está también muy presente en sus biografías de caudillos provinciales: Vida del general Fray Félix Aldao (1845),El Chacho, último caudillo de la montonera de los llanos de La Rioja (1886) y en uno de sus libros más importantes por la incidencia persistente que tuvo sobre la cultura argentina, Civilización y barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga, más tarde conocido simplemente bajo el título de Facundo. En Aldao yFacundo el escritor, a través de la biografía de los caudillos protagonistas, desarrolla una versión de la historia patria mientras, a la vez, alude en forma militante contra Juan Manuel de Rosas. La dicotomía "civilización y barbarie" (que titulaba la vida de Facundo Quiroga en su primera edición) organiza otras polarizaciones: la ciudad en confrontación con la campaña, los federales con los unitarios y -en última instancia- a Rosas con el mismo Sarmiento. Este modo dicotómico de sistematización de la sociedad argentina, aunque corroído en la escritura del texto por la fascinación que, a la vez, le provoca la figura de su biografiado, será uno de los modelos que con más ardor se adoptarán o impugnarán en la historia de la cultura argentina. Sarmiento publica en 1849 sus Viajes en Europa, África y América, donde reseña las impresiones que le suscita el periplo emprendido desde Chile en 1845. Entre las cartas que integran ese volumen de viajes resulta especialmente sugestiva la que remite desde España. Como gran parte de la generación del 37, Sarmientovisualiza en la antigua metrópoli el origen del mal nacional. Pero interesa en ella sobre todo su escritura, porque allí el escritor adopta la pose de un inquisidor americano y pone en marcha los mecanismos que a la vez denuncia: España es escudriñada a través de una maquinaria de interrogatorios, imputaciones y hostigamientos, porque en ella se está también mirando un mal que marcó a la patria americana y no puede ser removido en su presente. Si en la carta a España Sarmientolee las limitaciones que impone la historia a las antiguas colonias americanas, en Francia ve desmoronarse un modelo; en África rebusca, en cambio, analogías con América, mientras en Estados Unidos redescubre los brillos de un nuevo modelo político y económico. Parte de ese deslumbramiento todavía reluce en su libro Argirópolis (1850).
La caída de Juan Manuel de Rosas en febrero de 1852 apenas logra sosegar al incansable Sarmiento. El mismo año publica su Campaña en el ejército grande, texto donde narra su conflictiva relación con el caudillo que venció a Rosas, Urquiza. Nuevamente exiliado en Chile, mantiene (también en 1852) una de las más estruendosas polémicas del siglo XIX con Juan Bautista Alberdi, a través de cartas: las de Sarmiento se publican bajo el título de Las ciento y una, mientras las de Alberdi se imprimen como Cartas quillotanas.
Entre 1862 y 1864 Sarmiento es gobernador de la provincia de San Juan; renuncia y parte hacia los Estados Unidos como ministro plenipotenciario; en 1868, de regreso a su país, confirma durante el viaje en barco que ha sido elegido Presidente de la República. Su obra se hace cargo, todavía, del ambiente intelectual de la década del ochenta: Conflicto y armonía de las razas en América (1883) redefine, desde una perspectiva positivista, una descripción de la Argentina, pensada -esta vez- a través del drama del enfrentamiento de la raza blanca y la indígena, a través de las leyes de la herencia




LITERATURA GAUCHESCA

La gauchesca  fue señalada, por críticos como Ricardo Rojas y Ángel Rama, como un sistema "paralelo" que se desarrolla a lo largo del siglo XIX. Es, en cierto modo, el gran género de la literatura argentina (con un trabajo específico sobre la lengua y sobre las formas), aunque al mismo tiempo es un género que resultó por mucho tiempo ilegible como literatura. Sin modelo europeo, la gauchesca nace y alcanza su plenitud en el siglo XIX y presenta dos rasgos que, en su simultaneidad, la definen contradictoriamente. Por su materia y por su pretensión mimética de la oralidad rural, remite a prácticas, saberes y decires tradicionales. Por su sistema de circulación, por su cruce con los grandes problemas sociales y políticos de su tiempo y por las operaciones que realiza en y con la lengua, se diría que está por delante de otras formas literarias coetáneas con las cuales, sin embargo, siempre parece colocarse en una posición de minoridad. La operación que define a la literatura gauchesca es la cesión, por parte del autor, de la voz al personaje gaucho. Esta lengua gauchesca en verso no es -como con sagacidad señaló Jorge Luis Borges- una mímesis de la lengua hablada por los gauchos como sujetos sociales, sino un producto retórico y literario, creado en y por el género. Se afirma que la gauchesca organiza un sistema literario paralelo porque, a pesar de que el texto más reconocido es elMartín Fierro (1872-1879) de José Hernández, hay una línea de textos y autores que organizan una tradición propia, desde las primeras hasta las última décadas del siglo XIX, aunque en muchos casos se trate de producciones anónimas. Un breve itinerario del género podría iniciarse en el virreinato. El canónigo Juan Baltazar Maciel (1727-1788) escribe en 1777 el romance "Canta un guaso en estilo campestre los triunfos del Excmo. señor don Pedro de Cevallos". El poema se aparta de la lírica culta para tentar una veta popular. Sus primeros versos ("Aquí me pongo a cantar / debajo de aquestas talas") presentan una fórmula que será común a la gauchesca y que llegará ya consagrada hasta el Martín Fierro.
Los textos de Bartolomé Hidalgo (1788-1822) fueron clasificados según dos especies genéricas diferentes: los diálogos y los cielitos. El cielito proviene del estribillo "cielo, cielito, cielo", con numerosas variantes en su formación lírica. A través de ellos Hidalgo desarrolló su poesía militante durante las luchas por la independencia entre 1811 y 1816. Losdiálogos (1821 y 1822), más escenográficos, presentan interlocutores gauchos que conversan (Jacinto Chano y Ramón Contreras) y una estructura más o menos similar: una introducción y una plática confidencial entre la gente del pueblo. Hidalgo deja marcado el camino para otras expresiones gauchescas. En la década del veinte pueden registrarse, funcionando en el interior del sistema gauchesco, los periódicos encendidos del Padre Castañeda; en la década del treinta los de Luis Pérez, rosistas, acompañan la lucha de facciones: El Torito de los Muchachos, El gaucho, La gaucha, El negrito, El toro del once, etc.
Hubo, también, gauchesca unitaria, a través de Hilario Ascasubi (1807-1875), versos que el autor recopiló en 1872 bajo el título Paulino Lucero (del período 1839-1851) y Aniceto el gallo (del año 1854 e inéditos). Una obra significativa es el Fausto (1866) de Estanislao del Campo, texto paródico, en el que Anastacio el Pollo relata a su compadre Laguna, como si se tratara de sucesos verdaderos, lo que ha visto en una representación del Fausto en el teatro Colón.
En 1872 José Hernández (1834-1886) publica, con inesperado suceso, el mayor exponente del género, El gaucho Martín Fierro. Siete años más tarde, en 1879, presenta la edición de La vuelta de Martín Fierro. Aunque son muchos los relatos y novelas que toman como protagonistas de sus obras a personajes gauchos, por ejemplo Eduardo Gutiérrez en sus folletines, estos textos, llamados criollistas construyen sólo de una manera muy limitada (a través de algunas voces o giros) una voz del gaucho.


La generación del 80

A partir de la presidencia de Roca fue ganando importancia un grupo de hombres, identificados posteriormente como la Generación del 80. Este grupo le dio contenido ideológico y político a esta época de la historia argentina, llena de transformaciones en todos los sentidos.

Eduardo Wilde, Lucio V. Mansilla, Miguel Cané (h), Eugenio Cambaceres, entre otros, fueron protagonistas - desde el gobierno, el libro o el periodismo - de una labor que dejó en claro un modelo de país agroexportador, estrechamente vinculado al mercado inglés y permeable a la inmigración.

Liberales, con puntos discutibles, creían que el manejo de los asuntos políticos se reservaba a una elite, a una minoría poseedora del saber y de la riqueza. Para poder entenderlos, cabe destacar el siguiente ejemplo. Cuando a Eduardo Wilde le preguntaron qué opinaba del sufragio universal, respondió que "es el triunfo de la ignorancia universal".

Hubo entre los hombres de la generación del 80 espíritus religiosos y no religiosos, pero sin duda predominaron y ejercieron mayor influencia estos últimos. A ellos se debe la acción de gobierno y sobre todo el aire singular que adquirió la época, en Buenos Aires y en Córdoba especialmente. Quizá fueran ateos, pero es más seguro que fueran tan sólo indiferentes, porque la despreocupación por cuanto implicara severos compromisos internos caracterizó su manera de ser.

El amor a la riqueza y el orgullo de casta engendró el sensualismo y éste tentó a los aristócratas de la modesta Buenos Aires con las infinitas vanidades que movían a las burguesías ricas de Londres o Paris. El refinamiento en las costumbres comenzó a regirse por normas diferentes de las que habían presidido la vida del patriciado porteño, alterada ahora por cierto amaneramiento que nacía de traducir a la atmósfera aldeana de Buenos Aires las modas, los usos y las convenciones de las grandes capitales europeas, entonces en la euforia del esplendor capitalista.

La construcción del edificio del teatro Colón, proyectado por el gobierno de Juárez Celman, simbolizó no sólo las preocupaciones por el goce estético sino, más aún, el afán de construir los cuadros para el desarrollo de una existencia convencional en el más alto nivel de lujo. Julián Martel procuraba, en La Bolsa, reflejar la feria de las vanidades porteñas, y Lucio V. Mansilla daba el ejemplo de cómo adecuar la elegancia europea al marco de la ambiciosa ciudad que Lucio López, con ajustada precisión y acaso no sin melancolía, llamó La gran aldea. Esta actitud vital extrañaba, ciertamente, cierto desprecio por las tradiciones vernáculas.

Herederos de padres ilustres, creyeron merecer no sólo el prestigio que rápidamente conquistaron, sino también la dirección política del país - administrada por los jefes de los grupos provinciales - y sobre todo cierto diezmo que parecía corresponderles por derecho natural sobre las ganancias que el país obtenía de su ingente esfuerzo, obra ya de propios y extraños.

Pero la lucha por la riqueza no siempre adoptaba iguales caracteres. En la vieja clase de trabajadores criollos, en la nueva clase de los inmigrantes que acababan de incorporarse al país, y hasta en las clases medias que sufrían los embates de las transformaciones económicas y vivían dentro de un régimen de inestabilidad, la lucha por la riqueza tenía cierta visible sordidez que los espíritus refinados de la nueva oligarquía acusaban inmediatamente.

Quizá fuera por eso que sus miembros se acostumbraron muy pronto a suponer que pertenecían a otra clase, a otro mundo que éste de los que buscaban la riqueza en una lucha sin cuartel por medio del trabajo. Ellos no necesitaban descender a esos menesteres. Se convencieron de que constituían lo que quedaba de puro, de prístino, en el país, y que se merecían todo, a causa de ese mérito, que no era suyo, sino determinado por lo que había cambiado a su alrededor. La sordidez de su propia lucha por la riqueza parecía ocultárselas. Poco a poco, se sintieron los elegidos, los puros, en una sociedad que ellos mismos habían hibridado; fueron los aristócratas, en una sociedad donde se desvanecía rápidamente el sentido patriarcal de la vida y comenzaban a diferenciarse las clases económicas con creciente nitidez. 
NATURALISMO

La presencia de rasgos naturalistas y otros asociados tradicionalmente con el modernismo, como el simbolismo y el impresionismo, son caracteristicas de los movimientos franceses adoptados por los hispanoamericanos en una epoca en la que se trata de formar una identidad hispana alejada del colonialismo espanol. Los modernistas hispanos, segun Matei Calinescu, fueron capaces de penetrar mas alla de las apariencias de los movimientos franceses y obtener de ellos un espiritu de renovacion radical, el cual ellos promovieron bajo el nombre de modernismo (70). En otras palabras, el modernismo latinoamericano es mas que una renovacion en la forma de expresion literaria porque tras esas formas se encuentra una busqueda de identidad existencial y de preocupacion individual por la nueva sociedad que surge con las grandes ciudades. 

La aparicion del modernismo, nos dicen Ivan A. Schulman y Evelyn Picon Garfield, "coincide con el principio de la modernizacion socio-economica de America; representa una progresion continua hacia la madurez y el auto-descubrimiento literarios en cuyas infraestructuras en tension, de orden filosofico, ideologico y estetico, descubrimos los primeros brotes de nuestra cultura moderna" (106). Esto implica que el modernismo se transforma progresivamente y genera nuestra vision contemporanea del mundo, por lo que, para Juan Ramon Jimenez, en el modernismo "caben escuelas tan diferentes como el naturalismo, el simbolismo, el impresionismo" (Schulman y Picon 106). De alli que el proposito de este trabajo sea el de demostrar que los rasgos literarios de la novela Sin rumbo estan dentro del modernismo, como epoca abarcadora de mas de un movimiento literario y manifestacion de un espiritu de constante renovacion frente a un mundo cambiante. 

Por lo tanto, Cambaceres rehace la dicotomia de civilizacion y barbarie, tan usada por los positivistas de la decada de 1880, pero la invierte al considerar la ciudad como el elemento negativo y la naturaleza como una posible oportunidad de vida. Sin rumbo refleja la sociedad argentina en proceso de transformacion y critica la falta de rumbo de esta nueva sociedad por las medidas progresistas que se adoptaban en las ultimas decadas del siglo XIX, tales como: la politica de inmigracion europea en Argentina, el afrancesamiento en los gustos y el capitalismo anglosajon en la economia. Esta nueva parabola muestra la gran confusion y soledad que experimenta la Argentina con la llegada de la civilizacion. 
MODERNISMO
El modernismo es una escuela literaria de renovación estética. Es el primer movimiento autónomo de la literatura hispanoamericana. La idea central es la de separarse de la burguesía y del materialismo a través de un arte refinado, estético.
El lenguaje modernista reacciona contra el Romanticismo, el Realismo y el Naturalismo. Las escuelas que influyeron en esta forma expresiva surgieron en Francia hacia la segunda mitad del siglo XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo.Parnasianismo y Simbolismo:

Parnasianismo: escuela literaria que adhiere el concepto de "arte por el arte". Conciben la idea de la poesía de confección perfecta, desconectada de la realidad, y reaccionaria contra los poetas sociales y el hombre burgués. Buscaban la perfección a través de una poesía descriptiva, basada principalmente en la temática grecolatina.

Simbolismo: corriente literaria subjetiva, que concibe el mundo como una trama misteriosa que presenta correspondencias entre los objetos que lo forman.
Para sus representantes, la misión del poeta es sugerir esas alianzas por las que un objeto evoca a otro, con un lenguaje imaginativo lleno de símbolos (figura del discurso que representa un objeto abstracto mediante la mención de un objeto concreto, ej.: el cisne, símbolo de los modernistas, significa la belleza). Los simbolistas dan al verso efectos de musicalidad e incluyen nuevas métricas donde se mezclan armónicamente el ritmo, el color y la plasticidad.

Características del Modernismo:
* Libertad creadora.
* Sentido aristocrático del arte.
* Rechazo de la vulgaridad.
* Perfección formal.
* Cosmopolitismo: el poeta se considera ciudadano del mundo, está por encima de la realidad cotidiana.
* Actitud abierta hacia todo lo nuevo.
* Correspondencia de las artes (aproximación de la literatura hacia la pintura, la música, la escultura).
* Gusto por los temas exquisitos, pintorescos, decorativos y exóticos. Se constituyen como temas la mitología, la Grecia antigua, el Oriente, la Edad Media, etc.
* Práctica del impresionismo descriptivo (descripción de las impresiones que causan las cosas y no las cosas mismas).
* Renovación de los recursos expresivos: supresión de vocablos gastados por el uso; inclusión de vocablos musicales y de uso poco frecuente; simplificación de la sintaxis; aprovechamiento de las imágenes visuales; etc.
* Renovación de la versificación: se le dio flexibilidad al soneto. Se prefirieron la versificación irregular, el verso libre y la libertad estrófica, que dio a la silva variedades desconocidas.


Sinfonía en gris mayor (de Rubén Darío)

El mar como un vasto cristal azogado,
refleja la lámina de un cielo de zinc;
lejanas bandadas de pájaros manchan
el fondo bruñido de pálido gris.

El sol como un vidrio redondo y opaco,
con paso de enfermo camina al cenit;
el viento marino descansa en la sombra
teniendo de almohada su negro clarín.

Las ondas que mueven su vientre de plomo,
debajo del muelle parecen gemir.
Sentado en un cable, fumando su pipa,
está un marinero pensando en las playas
de un vago, lejano, brumoso país.

Es viejo ese lobo. Tostaron su cara
los rayos de fuego del sol de Brasil;
los recios tifones del mar de la China
lo han visto bebiendo su frasco de gin.

La espuma impregnada de yodo y salitre,
ha tiempo conoce su roja nariz,
sus crespos cabellos, sus bíceps de atleta,
su gorra de lona, su blusa de dril.

En medio del humo que forma el tabaco,
ve el viejo el lejano, brumoso país,
adonde una tarde caliente y dorada,
tendidas las velas, partió el bergantín.

La siesta del trópico. El lobo se aduerme.
Ya todo lo envuelve la gama del gris.
Parece que un suave y enorme esfumino
del curvo horizonte borrara el confín.

La siesta del trópico. La vieja cigarra
Ensaya su ronca guitarra senil,
y el grillo preludia un solo monótono
en la única cuerda que está en su violín.

RUBEN DARÍO

(Metapa, 1867 - León, 1916) Seudónimo del gran poeta nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento, iniciador y máximo representante del Modernismo hispanoamericano. Su familia era conocida por el apellido de un abuelo, "la familia de los Darío", y el joven poeta, en busca de eufonía, adoptó la fórmula "Rubén Darío" como nombre literario de batalla.
Con una dichosa facilidad para el ritmo y la rima creció Rubén Darío en medio de turbulentas desavenencias familiares, tutelado por solícitos parientes y dibujando con palabras en su fuero interno sueños exóticos, memorables heroísmos y tempestades sublimes. Pero ya en su época toda esa parafernalia de prestigiosos tópicos románticos comenzaba a desgastarse y se ofrecía a la imaginación de los poetas como las armas inútiles que se conservan en una panoplia de terciopelo ajado. Rubén Darío estaba llamado a revolucionar rítmicamente el verso castellano, pero también a poblar el mundo literario de nuevas fantasías, de ilusorios cisnes, de inevitables celajes, de canguros y tigres de bengala conviviendo en el mismo paisaje imposible.
Su poesía, tan bella como culta, musical y sonora, influyó en centenares de escritores de ambos lados del océano Atlántico. Darío fue uno de los grandes renovadores del lenguaje poético en las Letras hispánicas. Los elementos básicos de su poética los podemos encontrar en los prólogos a Prosas profanas,Cantos de vida y esperanza y El canto errante. Entre ellos es fundamental la búsqueda de la belleza que Rubén encuentra oculta en la realidad. Para Rubén, el poeta tiene la misión de hacer accesible al resto de los hombres el lado inefable de la realidad. Para descubrir este lado inefable, el poeta cuenta con la metáfora y el símbolo como herramientas principales. Directamente relacionado con esto está el rechazo de la estética realista y su escapismo a escenarios fantásticos, alejados espacial y temporalmente de su realidad.
Enteramente inquieto e insatisfecho, codicioso de placer y de vida, angustiado ante el dolor y la idea de la muerte, Darío pasa frecuentemente del derroche a la estrechez, del optimismo frenético al pesimismo desesperado, entre drogas, mujeres y alcohol, como si buscara en la vida la misma sensación de originalidad que en la poesía o como si tratara de aturdirse en su gloria para no examinar el fondo admonitor de su conciencia. Este "pagano por amor a la vida y cristiano por temor de la muerte" es un gran lírico ingenuo que adivina su trascendencia y quiere romper el cerco tradicional de España y América: y lo más importante es que lo consigue. Es necesario romper la monótona solemnidad literaria de España con los ecos del ímpetu romántico de Victor Hugo, con las galas de los parnasianos, con el "esprit" de Verlaine; los artículos de Los raros (1896), de temas preponderantemente franceses, nos hablan con claridad de esta trayectoria.

LEOPOLDO LUGONES

Leopoldo Lugones nació en la Villa de María del Río Seco,en la provincia argentina de Córdoba,un sábado 13 de junio de 1874. Los Lugones se preciaban ya de ser una familia cordobesa de antiguo linaje, su ascendencia criolla se remontaba al Perú del siglo XVI, y sus abuelos conocieron la Argentina de los primeros años de la independencia.
Desde niño Lugones convivió con los nombres de los próceres y fundadores de la Patria, familias ligadas por parentesco o amistad con la suya. Esta diferencia con los hijos de los emigrantes extranjeros, que el adoptó como un rasgo de hidalguía aristocrática, fue quizás determinante en el nacionalismo extremado que profesó políticamente.
Aprendió las primeras letras de la mano de su madre doña Custodia Arguello y de ella recibió una educación católica estricta.
Más tarde concurriría a la pequeña escuela de Ojo de Agua dirigida por Miguel Novillo donde recibió su enseñanza: ortografía, letra redonda y matemáticas rudimentarias.
Cursa el bachillerato en el Colegio Nacional de la ciudad de Córdoba, en donde destacó tanto por su aplicación como por su rebeldía. Y es en esa ciudad provinciana donde se iniciará a los dieciocho años en el periodismo y en la literatura.
Las primeras actividades literarias de Lugones se desarrollarán en el marco de un periódico liberal, Pensamiento Libre, anatemizado por ateo, anticlerical y anarquista. Es entonces cuando funda en Córdoba el primer centro socialista, y en 1898 decide instalarse en Buenos Aires.
Rubén Darío lo encontró en esos años en la capital argentina y lo describió como un muchacho bizarro de veintidós años, de chambergo y anteojos y lo definió como "fanático y convencido incontestable".
Su trabajo esporádico en distintos diarios porteños se verá reforzado por un empleo en Correos que no le durará demasiado tiempo.
Una ocupación singular: hace la crónica de sucesos en el diario La Montaña. Más tarde ingresa en el ministerio de Instrucción Pública y en pocos años accede al empleo d inspector de enseñanza media.
Su actividad política no cesa, pese a su rápido abandono del socialismo, y en 1903 apoya la candidatura del conservador Quintana para la Presidencia de la República. Para entonces ya era conocido en Buenos Aires como poeta, orador y polemista.
Revistas importantes como La Biblioteca que dirigía Paul Groussac, publican capítulos de la Guerra Gaucha y Las Montañas de Oro desde 1897, año en que nace su único hijo.
Entre 1896 y 1903 desarrolla su actuación socialista, en compañía de quienes serían también escritores importantes dentro de la literatura argentina, como el historiador Roberto Payró, Alberto Gerchunoff autor de Los Gauchos Judíos, Manuel Ugarte y José Ingenieros.
Es entonces un militante exaltado que se rebela contra el orden social impuesto por la oligarquía gobernante.
En el Ateneo de Buenos Aires lee una conferencia-manifiesto titulada Profesión de fe que es saludada como subversiva e incendiaria y el periódico la Vanguardia la describe así: "Canta a la ciencia, y a la igualdad, fulmina el dios Millón, desprecia al clero, espera de la agitación del pueblo, excita a la lucha por la idea, pinta sus dolores y predica su triunfo".
Pero es ese mismo periódico socialista el que publicará la expulsión de Lugones del Partido Socialista por inconsecuencia, medida que suscitará la protesta del escritor en nombre de los servicios prestados a la causa.
Tres años después, en 1906, Lugones hace su primer viaje a Europa tras el éxito de su primera reunión de poemas importantes Los crepúsculos del jardín.
Viaje que repetirá en 1911 después de Lunario sentimental.
Dos salidas al extranjero, obligadas en un argentino que se precie, que tienen cierto paralelismo con los dos viajes adolescentes de quién sería su mejor discípulo: Jorge Luis Borges.
Salvando las distancias, tanto en Borges como en Lugones el regreso a su país incrementa el interés de ambos escritores por los temas nacionales.
Borges al regresar publica Fervor de Buenos Aires y se interesa por la literatura gauchesca.
Lugones escribe varias conferencias sobre el Martín Fierro que constituirán su libro el Payador y publica otro sobre Sarmiento. Pero aún volverá a viajar en 1913 enviado por el diario La Nación, ya en los umbrales de la guerra mundial. Cuando muere Rubén Darío, está otra vez en Buenos Aires, es su viejo amigo y maestro al que homenajea en una oración fúnebre en la que le llama "mi hermano en el misterio de la lira"
En 1920 publica "Mi beligerancia", un libro de panfletos doctrinarios que lo aleja cada vez más del joven socialista que fue y lo acerca al incipiente nacionalismo ultra argentino, calcado del fascismo italiano y de los movimientos belicistas europeos. Pero la política no es su única pasión, Lugones se sigue interesando por la ciencia y de este interés surge su libro "El tamaño del espacio"(1921) que versa sobre la física moderna, influencia de estos estudios los veremos también en muchos de sus cuentos fantásticos que merodean la ciencia ficción. Escribe también como un simbolista tardío las páginas de "Las horas doradas(1922).
Pero el gran escándalo tendrá lugar un día de julio de 1923, cuando Lugones pronunciara una incendiaria conferencia en el teatro Coliseo de Buenos Aires titulada "Ante la doble amenaza".
La virulencia de sus palabras y el tono exaltado de sus ideas provocarán la repulsa de las fuerzas democráticas que comienzan a verle como un peligro. Los diarios más progresistas lo presentan como un nacionalista que copia los peores modelos extranjeros . El líder socialista Alfredo Palacios lo llama chauvinista.
Pese a ello sus actividades no decrecen, y mientras escribe verso, prosa o se dedica a los estudios helénicos, prosigue su campaña a favor de una dictadura derechista que llegará en 1930 con el golpe militar del general Uriburu, que acaba con el gobierno constitucional del viejo caudillo radical Hipólito Yrigoyen. Su importancia en la trama civil del golpe le trajo el rechazo de muchos intelectuales, algunos de los cuales habían sido sus amigos de juventud.
Y en el círculo de los escritores más jovenes, entre los que se encontraba Borges que no llego nunca a visitarlo, tambien se le atacaba con dureza. Era el poeta del régimen, el poeta burocrático el intelectual de la oligarquía. Pero sin embargo los jóvenes acabarán reconociendo en él al gran escritor, sobre todo tras su muerte.
Hizo falta que desapareciera el hombre que atraía la polémica, para que su obra fuera considerada con serenidad. Y decepcionado por la marcha de la historia política argentina y quizás desengañado, una vez más de sus ideas políticas, se suicida el 18 de febrero de 1938 en la habitación de un hotel en el tigre una localidad cercana a Buenos Aires. Lo hace un año después del suicidio de Horacio Quiroga, mezclando arsénico y whisky.

POESÍA
Carlos Obligado preparó en 1942 una excelente antología de la antología de Leopoldo Lugones (Antología poética), que había estudiado con mucha admiración en su libro La Cueva del Fósil. Su exegeta no puede dejar de comentar sus estudio con una mención a la Versatilidad que todos los críticos han señalado como característica de la obra poética de Lugones. Versatilidad que debemos aplicar fundamentalmente a sus tres primeros libros libérrimos: Las Montañas del Oro, Los crepúsculos del jardín y Lunario sentimental, que constituyen un primer ciclo en su obra. Por su parte los siete restantes, mucho más coherentes entre sí, pueden constituir un segundo ciclo que coincide con la adopción de una ideología reaccionaria y que cantan sobre todo a la patria y al hogar. Curiosamente Obligado le reprocha, leve pero memorioso, el no haber tenido una mayor preocupación religiosa, de esa manera, se hubieran completado la trinidad emblemática del pensamiento reaccionario: Dios, patria y hogar.
Las Montañas de Oro se publican en 1897, y está escrito entre los veinte y los veintidós años de Lugones. En él quedan evidentes las grandes devociones que profesaba el poeta en ese tiempo: Walt Whitman, Víctor Hugo, los Salmos, y también dos poetas argentinos muy diferentes, Olegario de Andrade y el populista Almafuerte. Estos, junto a Homero y Dante, constituyen la Asamblea de próceres líricos que integran el tomo. Una retórica atrevida <<trompetería de combate>> dice Obligado, para un pensamiento libertario y cuasi socialista. La <<Introducción>> que tuvo el elogio de Paul Groussac, fue definida como capaz de <<movilizar en profundas metáforas un ritmo cósmico que estrecha vínculos con un ritmo humano, biológico, rasgos transitados desde el Prometeo de Andrade, con idéntica propensión magnificente>>. Pero no es un canto meramente ornamental como puede parecer a simple vista, ya que su modernismo está respaldado por una constante exaltación de la justicia, que aparece como meta optimista en su profecía que no deja de tener tintes mesiánicos. Usa el alejandrino con destreza., y nos hace saber que conoce bien a Poe. Su verso libre e incluso su prosa, esconde siempre endecasílabos. El libro está dividido en tres ciclos, en el último, constituido por el suntuoso poema Las Torres el poeta aparece como centro y motor de la lucha que predica.
Los crepúsculos del jardín, aparece ocho años después con un Lugones distinto al anterior. Se trata de un libro próximo a la estética decadentista, donde la influencia de los parnasianos y en especial de Samaín es muy clara. Sensualidad verdeniana, y lo que hoy podríamos llamar <<vencianismos>> están mezclados con sentimientos de soledad y tristeza como ejemplariza su poema <<El Solterón>>. Abundan los sonetos, aunque también utiliza la quintilla o el verso libre.
Lunario sentimental (1909) es sin duda el más importante de sus libros poéticos, y quizá por eso fue la piedra angular del escándalo durante muchos años. <<Un libro entero dedicado a la luna. Especie de venganza con que sueño casi desde mi niñez, siempre que me veo acometido por la vida>>, dice el poeta defendiéndose de los ataques que recibió al publicar primero su poema <<Himno a la Luna>>, cinco años antes , en el que la crítica veía, y veía bien, una hostilidad a la realidad de la que no se salvaba ni la misma luna, despojada ya de los atributos míticos que la habían concedido los románticos. Lugones inicia así con este libro la después tan alardeada <<Deshumanización del arte>>. Y la inicia con un libro atraviliario en el que hay <<conceptos singulares y versificación extraña>>.
Un lenguaje eléctrico , en el que entran términos de la física y de la química, neologismos, voces dialectales, junto a una rima caprichosa y sorpresiva, llena de diversidades métricas, además de un tono desenfadado, irónico, y desmitificador hacen que <<Lunario sentimental>> suscitara reacciones de extrañeza en la poesía argentina de su época. Libre provocador por excelencia tardó en ser considerado como fundador de la poesía moderna en castellano. Antes recibió la crítica brutal.
Con Odas Seculares, escrito en 1910 para celebrar el primer centenario de la independencia argentina, inicia Lugones ese segundo ciclo de su obra poética donde patria y hogar son los temas de su verso. La patria, las cosas útiles y magníficas, las ciudades y los hombres, son las metas de sus odas. Algunos de sus exegetas prefieren este libro a los atrevimientos de Lunario Sentimental, quizá por su clasicidad formal y por la temática que tenía antecedentes en Andrés Bello y en el mismo <<Canto a la Argentina>> de Rubén Darío; temática que Lugones profundiza y extiende en este libro amplio, en el que entona el verso gaucho, el énfasis épico, la exaltación de la flora y la fauna de las pampas, todo con ese espíritu nacional que contagia las celebraciones de países muy jóvenes.
El Libro Infiel (1912) es el libro de amor a la esposa, Juanita González, en el que la poesía amorosa le devuelve a su segundo libro Los crepúsculos del jardín, aunque el carácter estrictamente conyugal de ese amor empañe la emoción decadente que había en sus poemas simbolistas. Cinco años después aparece En libro de los paisajes (1917) que retoma el espíritu de una de las partes de Odas Seculares: la <<Oda a los ganados y las mieses>>. El poeta se dedica a la observación de los pájaros, influido por el italiano Pascoli, y expresa en este libro <<los momentos poéticos>> del campo argentino, representado en muchos de sus pájaros, las lluvias, el mar, y hasta el granizo.
Las horas doradas (1922) se abre con un poema filosófico<< El Dorado>> que a cierta critica le recuerda el poema <<If>> de Kipling y en general repite el tono del libro anterior en el que el poeta contempla la naturaleza y la describe con serenidad. En 1924 se publica su Romancero que recibirá la mordaz burla de los jóvenes ultraístas que lo rebautizan Romancero. Es un libro variado, lleno de experimentos, juegos y hasta autoburlas, en el que a veces reitera modelos de sus libros anteriores y otras intenta motivos de actualidad, como los deportivos, u homenajes históricos-legendarios.
Por fin Poemas Solariegos (1927) y el volumen póstumo Romances del Río Seco completan la obra poética de Lugones. Ambos son los libros más <<argentinos>> de Lugones, junto con Odas Sepulares, y es por eso que reciben el aplauso de sus exegetas nacionalistas, o de quienes creen ver en la radicalización de las esencias patrias, una forma de construir una literatura personal y diferenciada. La evolución constante de Lugones del Modernismo fastuoso o del verso decadente a la poesía sencilla y populista, es un movimiento pendular que no se detendrá durante toda su vida. Y gracias a ello puede hoy cosechar lectores de gusto muy distinto, e incluso opuesto, ya que cultivó con idéntico entusiasmo las fantasías lujosas y los austeros paisajes.




LA PROSA
El periodismo fue la escuela cotidiana de la prosa de Lugones. Desde que en 1893 dirigió en Córdoba "El Pensamiento Liberal" hasta la fecha de su muerte no dejó nunca de colaborar con la prensa como cronista,articulista político, o investigador literario. Y es en los periódicos y revistas donde se veran publicados los panfletos y discursos que orientaran sus principios estéticos e ideológicos.
En todos los estadios de su pensamiento demostró intransigencia y fanatismo, pero siempre presentados con habilidad y una oratoria ampulosa y sonora. Así sucede cuando canta al socialismo, o cuando apoya al conservador Quintana, al igual que en los discursos militaristas que desembocaron en la incendiaria proclama que pronunció en Lima en 1924 en la que afirmaba que la guerra constituye una función vital, resultado de su índole conquistadora y agresiva.
Sus artículos,discursos y conferencias los fue reuniendo en tomos como" Mi beligerancia"(1917); "La torre de Casandra" (1919); "Acción" (1923), claramente antidemocrático y reaccionario , y "La patria fuerte" (1932).
En otro apartado podríamos señalar obras más unitarias como "La reforma educacional" (1903), cuya polémica le obligó a renunciar a su puesto en el ministerio de Instruccion Pública, "Las limaduras de Hephaestos", "Piedras liminares (1910), "Didáctica (1910); o "El imperio jesuístico" y "La gran Argentina".
El imperio jesuístico (1909) lo escribe Lugones por encargo de Ministro del Interior Joaquín V. González, y es un libro en el que su anticlericalismo encuentra un campo en el que prodigarse. Una prosa dura en la que no ahorra improperios para la Iglesia y pocas consideraciones para la Corona Española.
Su nacionalismo le impide comprender el Barroco de los templos, y aunque elogia a Quevedo, no acepta las virtudes de estilo de Cervantes.
Su "Historia de Sarmiento" (1911) expresa afinidad con el liberalismo del prócer, liberalismo que luego abandonaría. Curiosamente Lugones que sería líder nacinalista escribió este libro apologético de una figura que sería la más denostada por los nacionalistas. El libro es singular además por los métodos grafológicos y quirománticos que utiliza Lugones para explicar a Sarmiento.
Su ensayística quedará completada con "El Payador", donde estudia el célebre poema nacional "Martín Fierro" y por sus dos tomos de "Estudios Helénicos (1924 y 1928). Además de los volúmenes científicos como "El tamaño del espacio" "Elogio de Ameghino (1915) y por fin "Filosofícula (1924) donde reunió sus pensamientos éticos y estéticos.



NARRATIVA
"Como el de Quevedo, como el de Joyce, como el de Claudel, el genio de Leopoldo Lugones es fundamentalmente verbal. No hay una página de su numerosa labor que no pueda leerse en voz alta, y que no haya sido escrita en voz alta. Períodosw que en otros escritores resultan ostentosos y artificiales, corresponden en él, a la plenitud y a las amplias evoluciones de su entonación natural."
Esto lo escribe Borges al iniciar su poco conocido libro sobre su maestro. Y es justamente en la narrativa fantástica de Lugones donde encontramos el género más singular. Dos volúmenes:"Las fuerzas extrañas" (1906) y "Cuentos fatales" (1924), reúnen las narraciones pertenecientes a la literatura fantástica, que en algún momento roza con la ciencia ficción.
Aunque el primer libro de relatos de Lugones tiene unas características bien distintas, "La guerra gaucha" (1905) cuenta las historias de los guerrilleros del general Guemes, que lucharon contra España durante la independencia Argentina. Relatos inspirados quizás en la lectura y traducción del francés D Esparbés, que había escrito sobre la épica napoleónica. Son cuentos muy argentinos,con un vocabulario casi críptico para quienes no hablen como los gauchos, y en este sentido parecen estar escritos con un diccionario de términos gauchescos. Pero pese a ello la fuerza del relato vence las dificultades del lenguaje. Algunos críticos han considerado abusivas las referencias paisajísticas, que sin duda son abundantes.
Por su parte los cuentos de "Las fuerzas extrañas" y "Cuentos fatales" están profundamente marcados por el interés que Lugones sintió por el ocultismo y el espiritismo. Interés que Rubén Darío compartió con Lugones, y de la que dejó testimonio en sus ensayos.
Pero no sólo las ciencias ocultas están presentes en sus narraciones,sino también la física, la astronomía,labiología la química y las matemáticas de las que fue un autodidacta aventajado.
El conocimiento directo de la ciencia hace verosímiles sus ficciones, y le permiten utilizar el lenguaje científico adecuado.
El libro se abre con "El milagro de San Wifrido,el menos coherente con el resto de los volúmenes, y puede evocarnos la literatura de Edgar Allan Poe,aunque como señala Borges no se le parece de una manera directa. El mejor es sin duda, "La lluvia de fuego", que describe la destrucción divina de Sodoma y Gomorra, lugar que puede compartir con "Los caballos de Abdera" "Yzur" y "La estatua de sal".
"El escuerzo" es un cuento de tema popular contado en un estilo sencillo raro en Lugones, mientras que "El origen del diluvio" es espiritista y lírico.
"La fuerza omega", insiste por su parte en el ocultismo y en los peligros que puede correr
quien experimenta los hondos misterios.
"El ensayo de una cosmogonía en diez lecciones" tiene un proemio y un epílogo, que Borges llama novelesco o bien signos de modestia de su autor, que expone una teoría científica seria escudado en momentos literarios.
"Cuentos fatales", publicado como una continuación de "Las fuerzas extrañas",es inferior a su antecesor, cierta fatiga y alejamiento de los temas hacen un libro menos verosímil. Es aquí donde aparece el tema del suicidio, que volverá a aparecer en "El ángel de la sombra" (1926), una novela en que cuenta un amor imposible, de poco interés literario.
Un suicidio que llegaría a hacerse realidad una década después.
En un artículo que le dedicó Borges en los días posteriores a su muerte hay una frase que puede servirnos de cierre o colofón de esta nota:" En vida, Lugones era juzgado por el último artículo ocasional que su indiferencia había consentido. Muerto,tiene el derecho póstumo de que lo juzguen por su obra más alta"



IMPRESIONISMO

Ricardo Güiraldes (1886-1927)


Célebre poeta, cuentista y novelista argentino en cuya obra se aprecia la busqueda de un lenguaje literario capaz de expresar y objetivar los valores esenciales de su pais. Güiraldes encontro en el campo argentino la veta de sus contenidos narrativos y en el Impresionismo, el Expresionismo y la retorica ultraista las formas estilisticas con las que recreo esa realidad. A la narrativa de inspiracion regionalista la cubrio de un valor poetico perdurable. Alcanzo consagracion internacional con su famosa novela Don Segundo Sombra, en la que consiguio elevar literariamente al gaucho y revelar el alma colectiva de la Argentina criolla. Natural de Buenos Aires, nacio en el seno de una familia rural acaudalada. En su niñez, en la Estancia La Porteña, conocio de cerca la vida gaucha. En Buenos Aires inicio los estudios de arquitectura y derecho pero no los concluyo. Viajo a Paris, ciudad a la que regreso en varias ocasiones, y recorrio Europa y algunos paises orientales como la India y el Japon. En sus viajes conocio y entablo amistad con diversos escritores europeos, particularmente con Valery Larbaud. Pero fue Paris la ciudad que lo hechizo; ahi experimento la vida bohemia y entro en contacto con la literatura europea y las ultimas corrientes vanguardistas, experiencia que represento parte substancial de su formacion literaria.
En el ambito periodistico participo en la fundacion de la revista argentina Proa al lado de Borges. Inicio su carrera literaria en la poesia con El cencerro de cristal (1915), de corte postmodernista y en el cual se advierte su gusto por la poesia francesa simbolista y, particularmente, por la de Jules Laforgue. Publico otros poemarios en los que se dejan ver atisbos de Creacionismo. Aunque Güiraldes descollo en la novela, siempre fue un poeta en la prosa, pues combino, con singular don estiticista, la narracion con el lirismo. El mismo año de la publicacion de su primer poemario salio a la luz Cuentos de muerte y de sangre, preludios que resuenan la estetica de sus obras mayores: el vaciado de una realidad propia que se ama profundamente -la tierra nativa y sus temas tradicionales- en moldes europeos de la literatura de post-guerra. Su narrativa es prosa poematica que deja oir los ecos de Baudelaire, Flaubert, Aloyius Bertrand y Villiers de L´Isle-Adam, entre otros. Progresivamente y mas depuradas fueron apareciendo las novelas: Raucho (1917), de corte autobiografico; Rosaura (1922), historia sentimental, y luego sus dos obras maestras: Xamaica(1923), viaje de amor desde Buenos Aires a Jamaica, y Don Segundo Sombra (1926), cuyo exito eclipso a la anterior. En esta novela la historia esta escrita en forma de memorias y la estructura es algo compleja; se presenta la imagen idealizada de un gaucho, pues "es mas una idea que un hombre" qeu encierra los valores de libertad, nobleza, valentia y dignidad. Güiraldes configuro la imagen del gaucho fuera de un contexto social y lo sublimo: es su esencia la soledad y es su andar vagabundo por el camino la forma de conquistar y dar sentido a la vida; es el simbolo de la pampa y por ello un simbolo americano. Las estampas de la vida gaucha y del paisaje argentino que se van elaborando a lo largo de la novela estan impregnadas de un poderoso vigor lirico.
Poco despues de recibir el Premio Nacional de Literatura, Güiraldes viajo a Paris, donde murio; habia pedido a sus esposa ser enterrado en su hacienda pampera. Las descripciones del argentino son diafanas; sus metaforas, originales. Conjugo un lenguaje literario elaborado con el habla regional.
¨ ... las ideas, tanto como los hechos, se van mezclando en una irrealidad que desfila burladamente por delante de una atencion mediocre. A lo ultimo no queda capacidad vital sino para atender a lo que uno se propone sin desmayo: seguir siempre. Y se vive nada mas que por eso y para eso, porque todo ha desaparecido en el hombre fuera de su proposito inquebrantable. Y al fin se vence siempre (...) cuando ya a uno la misma victoria le es indiferente. Y el cuerpo cae en el descanso, porque la voluntad se separa de el.¨


EL REALISMO

A mediados del s. XIX se impuso en Europa una nueva corriente de pensamiento que llevaba aparejada una nueva idea distinta del mundo. Esta nueva mentalidad tenía como base algunas corrientes científicas y filosóficas:
- El Positivismo: Filosofía (pensamiento) que sólo consideraba verdadero aquello que  se podía observar y experimentar.
- Las teorías de la herencia biológica.
- Teorías de la evolución de las especies (Darwin).
- En Psicología se produce un avance muy fuerte.
- La Sociología (estudio de las sociedades)
- Etc.
Con el término Realismo se alude a la corriente literaria que se desarrolló en la 2ª mitad del  s. XIX cuya característica principal es la representación objetiva de la realidad. En este  sentido, el Realismo está muy ligado a los acontecimientos sociales de este periodo (2ª mitad  del s. XIX) y en muchos casos a la burguesía, que logró un poder económico y social, y se  convirtió en la clase dominante.
Esta corriente está basada en principios científicos y su principal método es la observación.

CARACTERÍSTICAS DEL REALISMO

Teniendo en cuenta que el Realismo pretende reflejar la realidad exterior tal  como es, se  comprende que el género literario más cultivado sea la novela. Y es este género donde mejor se aprecia las características fundamentales de esta corriente literaria:
- Se atiende más al mundo exterior que ha de ser escrito de manera objetiva y fiel y  precisa.
- Los autores se centran en la realidad más próxima, más conocida; como  consecuencia se describe la sociedad contemporánea del autor.
- El método utilizado por los autores  es la observación directa, toma de apuntes,  documentación rigurosa.
- Los escritores reflejan con precisión tanto los ambientes (costumbres, lugares,  vestidos, etc.) como los caracteres de las personas.
- Abundan las descripciones.
- La actitud del autor es a priori objetiva e impersonal ya que actúan como un notario o  un cronista que por lo general no está presente en el relato. Se suele utilizar el  narrador en 3ª persona.
- El estilo suele ser natural y la lengua adaptada a la situación y la condición de vida de los personajes: culta, popular e incluso vulgar.
- Los temas tratados son muy variados: la política, el trabajo, la vida de los barrios
bajos, etc.
- La intención puramente estética de los autores románticos dará paso a una intención  moralizante y crítica.
Podemos fijar unos RASGOS COMUNES a todas las novelas realistas. Los escritores se sirven de la observación y documentación para reflejar la realidad/sociedad con el propósito de transformarla. Esto explica que existieran dos tendencias de ideologías encontradas dentro de este movimiento. Por un lado, los conservadores, que se decantan por la vuelta al mundo preindustrial, defendiendo el mundo rural y mostrando la parte amable de la realidad.
Por otro lado, encontramos a los liberales, que abogan por la sociedad industrial reinante, pero más justa, y la muestran tal como es.
Desde un punto de VISTA TEMÁTICO, esta novela girar en torno a la vida burguesa (sus comportamientos, sus inquietudes, sus desazones, sus matrimonios, el dinero,...). Pero también se hace  el retrato de los sectores más pobres de la sociedad urbana y del mundo rural. Sus personajes suelen ser individuos (inadaptados) que se enfrentan a la sociedad y son derrotados por el mundo que los rodea. Normalmente son numerosos y representan a diferentes clases sociales. 
Desde el punto de VISTA FORMAL, el rasgo que define a esta novela es la búsqueda de la verosimilitud, para ello se vale de diferentes recursos, como pueden ser las descripciones muy pormenorizadas; los personajes que evolucionan a lo largo de la obra y aparecen en varias obras del mismo autor. Por este mismo motivo, en la novela realista se unen los hechos históricos con la ficción; los personajes reales con los inventados. También por esta causa la acción transcurre en lugares conocidos, se alude a fechas coincidentes con el momento en que se escribe la obra y se hace que los personajes hablen conforme a su condición social.
Otro rasgo formal es la utilización de un narrador, que aun adoptando diferentes formas, suele aparecer como ultra omnisciente (con el papel de cronista). Aparte de la narración tradicional y el estilo indirecto sobresalen el diálogo (caracterización de personajes) y el monólogo interior (subjetividad). Se busca la naturalidad estilística.

Roberto J. Payró 

Periodista, novelista, cuentista y dramaturgo argentino, nacido en Mercedes en 1867 y muerto en Lomas de Zamora (Buenos Aires) en 1928.
Fue periodista y desempeñó una labor importante en La Nación de Buenos Aires. Muchos de sus artículos fueron recogidos en Los italianos en la Argentina (1895) y La Australia argentina (1898). Viajó a Europa como corresponsal de guerra durante la Primera Guerra Mundial.
Su obra representa uno de los ejemplos más sobresalientes de la fusión culta y popular en las letras argentinas. Su prosa se caracteriza por una admirable fluidez, una sintaxis clásica, una ironía en ocasiones cruel y el humor. Sus narraciones presentan elementos característicos de la tradición hispánica de la picaresca trasladados al ámbito gauchesco.
Entre las novelas, conviene destacar El casamiento de Laucha (1906), novela corta que narra la historia de un pícaro criollo llamado Laucha, el cual finge su matrimonio con la propietaria de una tienda a la que arruina y luego abandona; y Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira (1910), en la que se narra la historia de la carrera política de un provinciano. Además, escribió novelas históricas como El falso Inca(1905), El capitán Vergara (1925) y El mar dulce (1927), en la cual trata sobre la vida del conquistador Juan Díaz de Solís.
De su producción cuentística, sobresalen Pago chico (1908), conjunto de relatos que muestran la corrupción de los políticos de una ciudad provinciana; Violines y toneles (1908); Historias de Pago Chico (1920); y Nuevos cuentos de Pago Chico (1929), donde denuncia con humor la política y la administración del país.
Entre sus obras dramáticas, conviene destacar Canción trágica (1900), Sobre las ruinas (1904), Marco Saveri (1905), El triunfo de los otros (1907), Vivir quiero conmigo (1923), Fuego en el rastrojo (1925), Alegría (1928) y el sainete titulado Mientraiga; estas dos últimas son obras póstumas.
EL INDIGENISMO
Trotsky decía  que en el arte, el hombre busca plenitud a la existencia que las  sociedades, sobre todo las basadas en clases sociales, lo niegan. Y es que el hombre por naturaleza, es artista o esta condenado a ser artista, si se entiende como fundamento del arte,a la creación, a la imaginación e invención, a la proyección de un mundo diferente. Desde esta perspectiva, el arte es rebelde por naturaleza, buscando un nuevo horizonte, que unos lo proyectan al porvenir, y otros lo encuentran en el pasado, condenando de una u otra manera al presente.
Los ancestros del hombre actual, a la vez que parte integrante de la naturaleza, la parte  más activa, ―dialogaban‖ o se ―comunicaban‖ con ella, en su mentalidad panteísta-animista, del modo más "normal" y cotidiano, inmersos en el sometimiento y la enajenación, de la  cual atrevidamente intentaban a la vez compenetrarse y sacudirse, al inicio por mediación de los rituales mágico religiosos, donde ya aparecían elementos de lo que posteriormente serían  las artes, la ciencia y la técnica, intentando compenetrarse y someter a la naturaleza, buscando mejorar su condición de vida, en armonía con ella.
Aun hoy, los hombres (modernos) del siglo veintiuno, ―rememoran‖ -sin darse cuenta el pasado primigenio, particularmente mediante la música y canciones, donde hacen referencia a la naturaleza -cielo, estrellas, luna, sol, mar, flores, ríos, animales, plantas, etc.-, como si se tratara de seres vivos y como si entendieran su mensaje.
Todo ser humano tiene contacto con el arte desde las canciones de cuna, y aun antes, en el vientre materno, donde los estudiosos consideran que (el no nacido) puede percibir cotidianamente estímulos de diversa índole, entre ellos los artísticos.
Lo que hoy se considera arte, no siempre ha tenido la misma acepción y el mismo lugar en la sociedad. En sus inicios, cuando no era arte propiamente dicho (si lo comparamos con el arte actual), sus elementos se confundían en el mundo de la magia y la religión, siendo su función principal, mediante ritos y ceremonias, acrecentar su relación de ―parentesco‖ con la naturaleza, intentando "domesticarla" para su bienestar utilizando sus recursos. Todos los hombres tenían o podían tener aptitudes artísticas, pero no existía arte propiamente dicho ... ni ciencia propiamente dicha, que van surgiendo y cohesionándose, diferenciándose entre sí paulatinamente, proceso que culmina con la aparición del capitalismo y de la sociedad moderna.
El arte surge con la vida, pero no todos los seres humanos tienen las mismas cualidades artísticas, por lo que, debido a diversas circunstancias, que van desde la predisposición natural, a las oportunidades que encuentran en la sociedad, ocupan un lugar determinado, de manera activa o pasiva en el hacer o percibir el arte.Por su mismo carácter de creación que integra lo racional con el subconsciente, el espíritu de un pueblo, la identidad de un pueblo, vive o supervive y se proyecta, principalmente por sus artes, particularmente en sus creaciones más líricas, más íntimas, entre ellas la música, la poesía, las canciones.
Después de 500 años, desde la irrupción de la cultura occidental en América, las lenguas indígenas muestran, no sólo su capacidad de resistencia a negarse a desaparecer, sino otros conceptos, otras formas de mirar lo cotidiano y lo sagrado; otras formas de maravillarnos de la riqueza de nuestros idiomas. Para quienes aún persisten en negar nuestra validez cultural, los pueblos indígenas no tenemos cultura, sino folclor; no tenemos arte sino artesanía; no tenemos literatura, sino sólo mitos y leyendas orales. Dicho criterio discriminatorio niega el estatuto de literatura a los relatos, canciones, poemas o fábulas indígenas y los nombran -por la obligación de nombrarlos de alguna manera- como mitos y leyendas a pesar que a nadie se le ocurriría llamar mito, pese a su evidente contenido mítico, a obras literarias como las tragedias clásicas griegas, los poemas homéricos, árabes y chinos ni a parte de la literatura moderna que se ha denominado "realismo mágico" (Ejemplo Harry Potter) o "real maravilloso". La literatura puede ser oral o escrita. La literatura oral, étnica o indígena es literatura. La crítica erudita y la lingüística contemporánea han admitido y demostrado ese carácter. Las características de la literatura oral primigenia, aparte de ser oral o hablada, es ser pública, anónima, colectiva, por lo que es dinámica, cambiante, actualizada -pero fundida con la tradición- y de múltiples versiones. El narrador cuenta y actúa al mismo tiempo, mientras el público se deja seducir, celebra, protesta y se emociona con la ficción.
La literatura indígena escrita es la creación individual o colectiva que se recrea, se piensa y se estructura a partir de los elementos estilísticos y patrones culturales de nuestro pueblo.
La literatura indígena se diferencia de la literatura indianista, literatura indigenista y literatura en lenguas indígenas, pues cada una tiene sus propias características. En la literatura indianista los escritores no son indígenas, sino que pretenden ser portavoces de nuestra cultura. En la literatura indigenista los escritores tampoco son indígenas pero tratan de adentrarse en nuestro pensamiento desde su perspectiva, tratan de penetrar nuestra cosmología indígena y ya sus personajes indígenas son más convincentes. La literatura en lenguas indígenas es realizada por indígenas que han accedido a la escritura de la lengua autóctona (mapudungun escrito) y están produciendo textos, aunque debe decirse, que el uso escrito del mapudungun aún está siendo empleado sólo como instrumento para decir lo que se piensa y se construye en la forma como se hace en castellano, es decir, falta una reflexión y búsqueda de formas literarias en el mapudungun, reconociendo que su contribución es la escritura en lengua mapuche y la recopilación de la tradición oral existente en las comunidades.

ALCIDES ARGUEDAS

Literatura indigenista, corriente literaria que aborda los problemas de los indígenas americanos. Sus orígenes pueden remontarse hasta cronistas como Bartolomé de Las Casas (1484-1566), que condenó apasionadamente los desmanes de los conquistadores en Brevísima relación de la destrucción de las Indias, aunque la denominación suele reservarse para la literatura del siglo XX —cuentos y novelas sobre todo— que han denunciado las condiciones infrahumanas de vida de los indios. En consecuencia, se excluyen obras como
Cumandá o Un drama entre salvajes (1879), del ecuatoriano Juan León Mera (1832-1894), y cuantas ofrecieron una visión idealizada de los primitivos habitantes del nuevo mundo.
Esto es lo que se conoce como indianismo, asociado generalmente a la literatura del siglo XIX.
La narrativa indigenista, propiamente dicha, cuenta con precedentes, sobre todo en Perú, donde la defensa del indio dio lugar a obras como Aves sin nido (1889), de Clorinda Matto de Turner (1854-1909). Pero es Raza de bronce (1919), del boliviano Alcides Arguedas (1879-1946), la novela que significa el primer hito de esa literatura en el siglo XX, aunque su planteamiento étnico del conflicto constituye una herencia decimonónica. La influencia del pensador peruano José Carlos Mariátegui (1894-1930), de orientación marxista, permitió que el problema se relacionara más tarde con la posesión de la tierra, como puede comprobarse en Huasipungo (1934), del ecuatoriano Jorge Icaza (1906-1978), y en El mundo es ancho y ajeno (1941), del peruano Ciro Alegría (1909-1967). En este último se advierte ya la visión positiva hacia la cultura indígena que luego enriquecería su compatriota José María Arguedas (1911-1969), quien en Los ríos profundos (1956) y obras posteriores trató de ir más allá de los problemas sociales del indio para adentrarse en su visión del mundo. Es la orientación literaria que suele denominarse neoindigenismo.
También en México se desarrolló la narrativa indigenista, condicionada por las consecuencias de la Revolución Mexicana. Sus primeros representantes destacados fueron Gregorio López y Fuentes (1897-1966), con El indio, y Mauricio Magdaleno (1906-1986), con El resplandor. Después merecen mención las novelas conocidas como ―Ciclo de Chiapas‖, entre las que sobresalen Balún Canán (1957) y Oficio de tinieblas (1962), de Rosario Castellanos (1925-1974).

EL SENCILLISMO
El sencillismo aúna cierta “intimidad” y “sensualidad” a lo que sería la actitud mimética clásica, a través de la expresión del sentimiento unido a veces a la anécdota, a lo narrativo con descripciones impresionistas. Predominan las imágenes sensoriales. En esa estética equilibrada entre realismo objetivista y subjetivismo, la textualización de la vida cotidiana abarca tanto espacios naturales, como urbanos. Como un modo de hacer imperceptible todo procedimiento, el sencillismo intenta una transparencia lingüística apelando a un lenguaje cotidiano. Por eso la sintaxis y la puntuación se mantiene regularmente. Las metáforas evitan las asociaciones inesperadas.
No obstante el verso libre alterna con formas clásicas y el uso de la rima.
La sencillez como conducta estética habría de preparar, en cierto modo, “el gran golpe de las novísimas vanguardias” y después llega a convivir con ellas. Delfina Muschietti ubica al sencillismo entre 1910 y 1930.
César Fernández Moreno acota más ese período:
El sencillismo es históricamente, esa escuela suscitada por él [Baldomero Fernández Moreno], y floreció en la Argentina desde 1915 hasta 1925. Sistemáticamente, bastará con decir que el sencillismo es la forma lírica del realismo argentino (la épica podría ser nada menos que la poesía gauchesca), y que en él se anticipa la corriente de poesía existencial impulsada hoy por nuestras dos últimas generaciones de poetas.

Enrique Banchs

La periodización dejaría fuera a poetas que tuvieron una tendencia semejante, aun manteniendo su singularidad, como es el caso de Enrique Banchs que publica entre 1907 y 1911.
En su primer libro, Las barcas, todavía hay abundantes elementos modernistas y el último, La urna, es un conjunto de sonetos sobre un amor imposible que fueron vinculados al  Cancionero  de Petrarca. La abstracción y el tono reflexivo en aquél se vuelven predominantes, alejándolo mucho de la actitud que estamos reseñando. Es en los libros intermedios, El libro de los elogios (1908) y El cascabel del halcón (1909), donde se pueden encontrar poemas de un tono sencillista simultáneo o alternado con versos de arte mayor y temas librescos, como “El elogio de los ojos asombrados”, “El elogio de la casa pobre”, “Balbuceo”. Por eso es conveniente hablar de tendencia o actitud, antes que de escuela, proveniente de ese “modernismo refrenado”. No obstante, la catalogación como ismo surge con la poesía de Fernández Moreno y determina acólitos directos, incluye a poetas del interior como Juan Carlos Dávalos y hasta miembros de Boedo que se empeñan en hacerlo suyo, como Enrique Amorim.
En la caracterización que hace de esta poesía, César Fernández Moreno agrega el rasgo de la brevedad, aunque sus fundamentos sean muy relativos:
Sólo la reducción del objetivo lírico a la mera imagen (caso del haiku o al apunte realista (caso del sencillismo). permite realizar poesía en la extremísima brevedad






VANGUARDIA

Las Vanguardias: en America latina la vanguardia cobro impulso a partir de 1916 gracias a la iniciativa de creadores comoVicente Huidobro y Pablo Neruda (chile), Cesar Vallejo (Perú) yOliverio Girondo y Borges (arg). La vanguardia latinoamericana representó una ruptura con la tradición retórica y de armonía formal del mov modernista iniciada por Rubén Darío a fines del s.XIX. Sin embargo el modernismo encarnó un intento de expresarse en un lenguaje poético forjado en el aquí y ahora  de America Latina mas allá de las influencias de la tradición grecolatina y francesa. Las vanguardias repitieron ese doble mov de acercamiento y alejamiento de Europa. Nacieron casi simultáneamente en ambos continentes debido a la influencia de artistas europeos. La coincidencia  de estos mov puede ejemplificarse con la figura de Huidobro que presenció el surgimiento de varios movimientos. Las vanguardias manifiestan la necesidad de expresar las culturas nacionales a través de la vuelta hacia las propias tradiciones. La innovación estética de las vanguardias se cargó de cognotaciones políticas y sociales distintas de las de los mov vanguardistas europeos. El arte,reservado hasta entonces a las clases altas y conservadoras, adoptan un discurso inconformista que se inicio en lo estético pero tuvo resonancia en la política como una rechazo del predominio burgués.

Vanguardias en America del Sur

Se forja a partir de la experimentación en poesía, y sus principios y postulados son difundidos a través de manifiestos, programas o revistas. El tono de estos textos es siempre apasionado y se busca escandalizar al público a través de propuestas contrarias a los cánones imperantes. En sus primeras expresiones, las vanguardias asimilaron las innovaciones europeas, reaccionaron contra el modernismo decadente y trabajar para revolucionar el lenguaje poético a fin de producir desde Am. Latina un arte tan universal y trascendente como el de las metrópolis europeas.

Vanguardia Argentina

Entre las principales vanguardias se encuentran el Ultraísmo, mov de origen español (1918-22) con influencias del cubismo y del futurismo. El grupo ultraísta se formó en Buenos Aires después que Borges regresara de España y en torno a la revista Prisma (1921-22). Mas tarde ser fundó Proa y como complemento y sucesión de esta la revista Martín Fierro, donde Girondo publico elmanifiesto martinfierrista, en el que apelaba a una expresión más radical y subversiva de la “Nueva sensibilidad”. Tanto el ultraísmo como el martinfierrismo pusieron el acento en la renovación lírica a través de imágenes y metáforas sorprendentes y originales.

Ultraísmo
Su objetivo es crear, es imponer facetas insospechadas del universo. Pide a cada poeta una visión desnuda de las cosas, limpia de estigmas ancestrales; una visión fragante, como si ante sus ojos fuese surgiendo auroralmente el mundo. Y para conquistar esta visión hace falta arrojar todo lo pretérito por la borda. Todo hasta arquitectar cada uno de nosotros su creación subjetiva.
Posee riqueza de imágenes y metáforas sorprendentes, sentido lúdico de la creación estética, un profundo lirismo, agudeza conceptual y sentido del humor, eliminación de la rima. El objetivo primordial de esta corriente era la modernidad, previa la liquidación del modernismo decadente. V. Huidobro: pretendía que un poema fuera siempre un objeto nuevo y distinto a los demás, que debía crearse,  buscaba la libertad del poema frente a la realidad, incluida la realidad íntima del autor.Vanguardia: a principios del s.XIX empieza a referirse al sector de avanzada, consciente de la clase obrera, organizada y agrupada en un partido para darle un programa que la lleve a la toma del poder. Unidos a la situación de crisis y procesos revolucionarios. .
REALISMO EXPRESIONISTA

Roberto Godofredo Cristophersen Arlt 

Nació en Buenos Aires el 26 de abril de 1900, hijo de Karl Arlt, prusiano de Posen (hoy Poznan, en Polonia), y de Ekatherine Iobstraibitzer, natural de Trieste y de lengua italiana.
El carácter de su padre, un soplador de vidrio también capaz de confeccionar tarjetas postales art nouveau, no facilitó su inserción en el hogar de la familia, que abandonó en 1916. Aunque hasta esa fecha había asistido a varias escuelas, aprendió sobre todo en las calles del barrio porteño de Flores, donde transcurrió buena parte de su infancia y adolescencia.
La necesidad lo haría pintor de brocha gorda, ayudante en una librería, aprendiz de hojalatero, peón en una fábrica de ladrillos y estudiante fracasado de la Escuela de Mecánica de la Armada, por recordar algunas de las ocupaciones que llenaron sus días. Un matasellos y una máquina de prensar ladrillos le dieron las primeras y tempranas ocasiones de comprobar la escasa atención que iba a merecer su persistente carrera de inventor, pasión que había de encontrar un eco notable en su obra literaria.
En 1916 inició su trabajo de periodista, tarea con la que intentaría resolver sus problemas económicos y que le permitió relacionarse con los círculos literarios porteños. En esa fecha dio a conocer su primer cuento, "Jehová", con el que comenzó una carrera de escritor que se consolidaría desde que en 1926 dio a conocer El juguete rabioso, novela sobre un adolescente que se inicia como delincuente y termina como traidor a los suyos.
En un tiempo de aparente prosperidad para el país, esa obra parecía hablar de la crisis de los proyectos modernizadores del siglo XIX, que habían convertido a Buenos Aires en una babélica ciudad de inmigrantes, moradores de inquilinatos y conventillos cuya única realidad era la de las calles en que se desenvolvía su lucha por la vida.
Eran la cara oculta de una Argentina agitada por conflictos ideológicos y de clase, amenazada por una crisis económica inminente, observada por los militares que dominarían la escena política a partir de 1930. La excepcional lucidez de Arlt haría de esta primera obra, interpretable como la voz de los postergados por el sistema social vigente, el punto de partida de la novela argentina contemporánea.
La valoración de esas aportaciones se vio afectada durante mucho tiempo por las polémicas que agitaron la vanguardia porteña de los años veinte. Su capítulo más recordado es el de las diferencias reales o aparentes que enfrentaron a los grupos de Florida y Boedo.
Aunque mantuvo relaciones con los escritores adscritos al primero (por algún tiempo fue secretario de Ricardo Güiraldes, a quien dedicó El juguete rabioso, y colaboró en la revista Proa), Arlt no dejó de sufrir el desdén de los martinfierristas, representantes de un arte minoritario y europeizado, jóvenes cultos que parecían detentar los derechos a la tradición literaria y a la renovación.
Ese rechazo lo llevaría a ocultar sus lecturas y alardear de sus deficiencias de estilo, despreciando a quienes escribían bien y eran exclusivamente leídos por correctos miembros de su propia familia. En esa tesitura, inevitablemente había de ser relacionado con el otro bando: con quienes desde el barrio popular de Boedo defendían un arte comprometido con los problemas del hombre, preferían el cuento y la novela a la poesía, y veían en la literatura una posibilidad de contribuir a la transformación de la sociedad. Pero tampoco era ése su lugar.
Las empresas colectivas no parecían interesarle, ni siquiera cuando iban encaminadas a mejorar las condiciones de vida de los desheredados. Las razones de su acusado individualismo pueden encontrarse en sus experiencias personales, que determinaron en alguna medida la visión negativa de la institución familiar y de la mujer que ofrecen sus personajes, su temor de la miseria, la fascinación ante quienes mostraran poseer la fortaleza necesaria para sobrevivir solos en un medio social hostil.

El juguete rabioso se alimentaba en buena medida de ese material autobiográfico, y descubría vidas difíciles en un Buenos Aires hasta entonces prácticamente ignorado. Las novelas Los siete locos (1929) y Los lanzallamas (1931) ampliaron después esa indagación con un tratamiento alegórico que la convertía en una reflexión sobre la sociedad argentina e incluso sobre la condición humana.
Los apodos simbólicos de algunos miembros de una sociedad secreta, financiada mediante la explotación de los prostíbulos y destinada a provocar una conflagración universal, son el indicio más evidente de la condición expresionista de esos relatos, que convierten la realidad en una fantasmagoría donde se dibujan con nitidez los perfiles de un mundo que se desmorona.
La voz burlona o cínica del narrador se encarga de parodiar ese drama hasta convertirlo en una mascarada, desde la perspectiva de quien conoce la falsedad de los valores, la inutilidad de los esfuerzos, lo insensato de las ilusiones, el fracaso inevitable de los proyectos y lo terrible del fin. De paso, es posible percibir las consecuencias de una modernidad tecnológica tan fascinante como amenazadora, de unas prácticas revolucionarias tan esperanzadoras como grotescas, de la alineación social y psicológica que padece el hombre contemporáneo.
La única salida (falsa también) se concreta en la transgresión, en la degradación que permite una absurda apariencia de ser, en la perversidad que al menos permite la certeza de existir en el mal.
En El amor brujo (1932), sin duda su novela menos comentada, Arlt insistiría aún en la presentación de personajes obsesionados por la felicidad y a los que la fantasía permite evadirse de una existencia gris.
La factura realista fue la dominante en los nueve relatos reunidos en el volumen El jorobadito (1933), próximos a las inquietudes características de las novelas citadas. Eso no impidió que algunos mostraran una proclividad hacia lo fantástico que había de acentuarse progresivamente. Aparentemente ajena a la literatura argentina, la obra de Arlt encontraría en esa dimensión la posibilidad de afirmarse en una tradición que en el Río de la Plata contaba ya con notables manifestaciones de ese signo. Arlt insistió en ella tras visitar España y Marruecos en los últimos meses de 1935 y los primeros de 1936.
Fruto de ese viaje fueron los cuentos que en 1941 reunió en El criador de gorilas: aunque también estaban presentes el África negra y algunos escenarios asiáticos de cultura islámica, las referencias geográficas remitían sobre todo a Marruecos, con preferencia por Tánger, cuyo estatuto internacional favorecía la actividad de los Servicios Secretos de distintas potencias, y por los territorios entonces sometidos al control de España. Allí fue donde Arlt se sintió fascinado por un mundo seductor y repulsivo, conjunción violenta de medioevo y modernidad, fiesta de colorido determinada por la diversidad de los tipos humanos, primitivos y refinados, generosos y crueles. Crímenes, venganzas, pasiones y otros ingredientes daban a las historias una atmósfera oriental, cuyo encanto resultaba corregido por el cinismo que una vez más solía caracterizar a los narradores, y que daba una dimensión paródica a la pretensión moralizadora o ejemplar que adoptaban en ocasiones. También afectaba a la crítica social (del fanatismo, del abuso de poder, de la avaricia) que permitían deducir.
Los relatos de El criador de gorilas alejaban a Arlt del ámbito de Buenos Aires, y parecían también ajenos a las preocupaciones metafísicas que antes eran ingrediente fundamental en las complicadas psicologías de sus personajes.
Con ese nuevo espíritu guarda relación Un viaje terrible, una "nouvelle" derivada de la estancia del escritor en Chile, en 1940, y publicada cuando regresó a Argentina en 1941.
Aquella experiencia le permitiría imaginar un viaje hacia Panamá iniciado en el puerto de Antofagasta, y que estuvo a punto de concluir trágicamente para el narrador cuando el barco navegaba frente a la costa del norte de Perú.
El relato reitera intereses manifiestos en la vida y en la literatura de Arlt. Ya en 1920, en su breve ensayo "Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires", había mostrado esa mezcla de fascinación y sarcasmo con que se refería ahora a las artes adivinatorias o a la carta astral que parecían determinar los destinos de sus estrafalarios personajes.
También se encuentran ecos de sus inquietudes científicas del momento, ocupado como estaba en llevar a buen término el proceso de gomificación de las medias de señora del que esperaba la fama y la riqueza. La voz divertida y sarcástica del narrador, que ha emprendido esa "Travesía del Terror" forzado por sus últimas estafas, da un tono de farsa a la aventura y a sus protagonistas, cuyos deméritos y fracasos no entrañan concesión alguna al patetismo.
Un viaje terrible confirma la impresión de que Arlt optaba por indagar en territorios de imaginación que a veces parecían rondar la literatura fantástica. Curiosamente, estos relatos que completan su obra narrativa recuerdan sus principios: responden a los gustos declarados en El juguete rabioso por Silvio Astier, cuando a la edad de catorce años se abandonaba a los deleites de la literatura bandoleresca y anhelaba inmortalizarse como un delincuente de alta escuela.
Quizá las creaciones de Arlt pueden verse como una búsqueda de salida o de sublimación personal por medio de los sueños o la literatura, o eso es lo que indica su producción teatral, también relevante.
Si se deja al margen el fragmento de Los siete locos que el Teatro del Puebloescenificó en 1932 con el título de El humillado, esa producción se inicia con 300 millones, obra representada en julio de ese mismo año por el conjunto de Leónidas Barletta.
Arlt abordaba allí el análisis de las razones que llevan a una muchacha a suicidarse, y para ello recurría a la concreción teatral de las fantasías que la habían ayudado a sobrevivir por algún tiempo: en escena aparecen Rocambole, la Reina Bizantina, el Galán, el Demonio o la Muerte, creando un clima de farsa ajeno a cualquier pretensión realista y emparentable con la factura expresionista que sus narraciones alguna vez habían conseguido.
Por otra parte, esa corporización de los sueños permitía entrever la capacidad de las ficciones para subsistir por sí mismas. Saverio el cruel y El fabricante de fantasmas, piezas estrenadas en 1836, le permitirían mostrar con precisión las relaciones entre esos fantasmas y la creación literaria.
Si 300 millones hablaba de la imaginación como una posibilidad de supervivencia, sublimando las frustraciones de una existencia mediocre, El fabricante de fantasmasdio vida a los que atormentaban a un dramaturgo, ahora hasta llevarlo al suicidio. Como esos fantasmas eran a la vez el fruto de la imaginación y de los remordimientos de un escritor, la literatura se mostraba capaz de revelar las dimensiones profundas de la personalidad, a la vez que el juego entre la imaginación y la realidad convertía al autor y a sus personajes en una sucesión de máscaras sin identidad precisa.
En esa idea insistiría Saverio el cruel, apelando al recurso pirandelliano del teatro dentro del teatro para conjugar una broma canallesca con la reflexión sobre la farsa de las relaciones y las ilusiones humanas y el análisis de los mecanismos del poder, hasta dar al conjunto una dimensión trágica.
Arlt estrenó La isla desierta en 1937, África en 1938, y La fiesta del hierro en 1940. A esas obras hay que sumar Prueba de amor, "boceto teatral irrepresentable ante personas honestas" que se editó en 1932, las "burlerías" La juerga de los polichinelas y Un hombre sensible publicadas en 1934, y El desierto entra en la ciudad, una farsa dramática que Arlt concluyó poco antes de morir en Buenos Aires, el 26 de julio de 1942.
De esas obras, que dan a su autor un lugar de notable relieve en la vanguardia teatral argentina, merece especial atención África, cuyos cinco actos van precedidos de un exordio en el que Baba el Ciego, un "jefe de conversación", declara su intención de narrar las historias que luego conforman la obra.
África se propone así como una ficción dramática que a su vez genera otras, y afirma su relación con la práctica oral del relato que Arlt había observado en el norte de África y que también inspiró los cuentos de El criador de gorilas.
Arlt había escrito para el diario El Mundo, donde empezó a trabajar en 1928, lasAguafuertes porteñas que reunió parcialmente en un volumen publicado con ese título en 1933. El mismo periódico lo envió a España y Marruecos en 1935-1936, y antes y después a Uruguay y Brasil, en 1930, y a Chile, en 1940.
Entre las crónicas de viaje escritas a raíz de esas experiencias, sobresale la selección y publicación en 1936 de sus Aguafuertes españolas (1ª parte. Impresiones), además de los artículos en que dejó constancia de los rudos trabajos de las campesinas marroquíes, de su visión crítica de determinadas costumbres árabes, y de la fascinación que también llevaría a sus relatos y a su teatro.
Las aguafuertes de El Mundo constituyen la parte de mayor interés literario en una producción periodística que incluyó también las notas redactadas en 1926 para la revista Don Goyo, así como las crónicas policiales escritas en 1927 y 1928 para el diarioCrítica.
Esa producción permite comprobar la gran capacidad de su autor para adentrarse en los problemas sociales y políticos de su tiempo, y para exponerlos con imaginación y rigor: no sólo los que afectaron a la Argentina de su época, sino también los que pudo observar en los países por los que viajó y los que determinaban la atmósfera internacional cada vez más enrarecida que llevó a la segunda guerra mundial.

GEN DEL 40

La década del '40 se inició con la Segunda Guerra Mundial ya declarada. El pesimismo, la melancolía y la desolación eran sentimientos que atravesaban en aquella época la vida de las personas y que los artistas manifestaban a través de los lenguajes propios de cada arte.
En el mundo de la poesía, continuaba prevaleciendo la influencia de las vanguardias, el trabajo con el lenguaje, las asociaciones, la particular disposición de los versos en la página, el verso libre y no rimado. Sin embargo, los temas cambiaron: la angustia, la desolación, la obsesión por la muerte, la soledad, y la infancia como un tiempo por recuperar aparecían con frecuencia en un grupo de poetas entre los que se destacaron dos escritoras que, a partir de entonces, serían claves durante las décadas siguientes: Alejandra Pizarnik y Olga Orozco.
Ambas fueron colaboradoras de la revista Sur y del diario La Nación, y publicaron sus poemas en Poesía de Buenos Aires (que apareció de 1950 a 1960), una revista considerada la expresión de un grupo denominado "invencionistas", en alusión a su preocupación por la experimentación
La muerte y el desdoblamiento del yo poético, así como el uso de un lenguaje más despojado y directo, fueron también una constante en sus producciones.


OLGA,OROZCO

Olga Orozco nació en Toay, La Pampa, el 17 de marzo de 1920. Sus primeros años transcurrieron entre aquella población y Buenos Aires. En 1928, la familia se trasladó a Bahía Blanca, donde Olga se aficionó al mar, tema recurrente en su obra.
En 1936 se instaló en Buenos Aires, donde se recibió de maestra. Allí conoció a un grupo de colegas (más tarde calificado como la generación del 40) que cultivaban el surrealismo y fundaron la revista Canto.
Olga tuvo la oportunidad de viajar por países de América y Europa. Trabajó en el periodismo utilizando numerosos seudónimos.
Sus poemas atraían a poetas de las nuevas generaciones, que con frecuencia en homenajes y recitales rodeaban a Olga y la aclamaban, atraídos por sus textos, sin duda, pero también por su seductora personalidad. Leía inmejorablemente y, gracias a esa virtud, sus recitales resultaban espectáculos que encendían el entusiasmo del público.
Entre los premios que recibió destacan: el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía, el Premio Municipal de Teatro por una pieza inédita titulada Y el humo de tu incendio está subiendo; el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes, el Premio Gabriela Mistral, otorgado por la OEA y el Premio Juan Rulfo que recibió en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en 1998.
La muerte, el tiempo, lo sagrado, el consuelo a través e la palabra fueron rasgos fundamentales de su poesía y que se advirtieron ya desde su primer libro, Desde lejos (1946), y se confirmaron en los siguientes: Las muertes (1952), Los juegos peligrosos (1962), Museo salvaje (1974), Cantos a Berenice (1977), Mutaciones de la realidad (1979), La noche a la deriva (1984), En el revés del cielo (1987), Con esta boca, en este mundo (1994) y la antología Relámpagos de lo invisible (1998).
Olga Orozco murió en Buenos Aires a los 79 años, el 15 de agosto de 1999.

.: Obras de Olga Orozco
1946 Desde lejos
1951 Las muertes
1962 Los juegos peligrosos
1967 La oscuridad es otro sol
1974 Museo salvaje
1977 Cantos a Berenice
1979 Mutaciones de la realidad
1984 La noche a la deriva
1987 En el revés del cielo
1994 Con esta boca, en este mundo
1995 También luz es un abismo
1997 Relámpagos de lo invisible
1998 Eclipses y fulgores

PIZARNIK

Poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1936.
Obtuvo su título en Filosofía y Letras por la Universidad de Buenos Aires y posteriormente viajó a Paris 
hasta 1964 donde estudió Literatura Francesa en La Sorbona y trabajó en el campo literario colaborando 
en varios diarios y revistas con sus poemas y traducciones de Artaud y Cesairé, entre otros.
Es una de las voces más representativas de la generación del sesenta y es considerada como una de las poetas 
líricas y surrealistas más importantes de Argentina.
Su obra poética está representada en las siguientes obras: «La tierra más ajena» en 1955, «La última inocencia» 
en 1956, «Las aventuras perdidas» en 1958, «Árbol de diana» en 1962, «Los trabajos y las noches» en 1965, 
«Extracción de la piedra de locura» en 1968, «El infierno musical» en 1971 y «Textos de sombra y últimos poemas», 
publicación póstuma en el año 1982.
En 1972 falleció como consecuencia de una profunda depresión. 
Amantes

una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío
De "Los trabajos y las noches" 1965

GEN DEL 50

A comienzos de la década, en noviembre de 1953, nace la revista Contorno, dirigida por Ismael Viñas (1925). Sus integrantes son los jóvenes universitariosDavid Viñas (1927), Juan José Sebreli (1930), Adolfo Prieto (1928), Ramón Alcalde (1922), Adelaida Gigli (1929), Oscar Masotta (1930-1980), León Rozitcher (1924), Noé Jitrik (1928), que realizan una revisión del pasado argentino para elaborar una salida para la problemática nacional. Hasta 1955 la revista sólo se ocupa de temas literarios, en un programa de reordenamiento de la tradición intelectual argentina y la construcción de una nueva línea. Después del golpe de estado, Contorno se convierte en una revista de discusión política donde se examina la experiencia peronista y se buscan alternativas que conjuguen los ideales marxistas y existencialistas del grupo. El movimiento central de Contorno es ubicar a la literatura argentina en la serie histórica, donde la política revela a la literatura y la literatura puede ser metáfora de la política, en una relectura que traza otros lineamientos, al recolocar y desplazar a distintos autores. En esta nueva organización del sistema literario, las lecturas fundamentales de Contornomarcan la centralidad de Roberto Arlt y Ezequiel Martínez Estrada, y el desplazamiento de Eduardo Mallea y Jorge Luis Borges.
Contorno es el espacio de producción textual en el cual se constituye el discurso crítico y la literatura deDavid Viñas. Sus primeros textos narrativos, de alguna manera, son la realización del programa deContorno en la narrativa: la introducción de lo político y de la historia nacional en los textos literarios como materiales dominantes en sus textos, para cubrir los ciclos históricos argentinos: el roquismo en Cayó sobre su rostro (1955), el peronismo en Los años despiadados (1956), la década infame en Un dios cotidiano (1957), el yrigoyenismo en Los dueños de la tierra (1958) y La semana trágica (1966), el frondizismo en Dar la cara (1962) y Las malas costumbres (1963). En estos libros es central la idea de un sujeto condenado a su libertad y condenado a elegir en una versión literaria del existencialismo deSartre, que aparece en su narrativa en la elaboración de personajes situados, definidos en su relación con los histórico y lo social, y en la elección de conflictos y temas que ponen en primer plano los problemas de libertad y elección. En sus últimas novelas -Cuerpo a cuerpo (1979) y Prontuario (1993)-, Viñas explora la frustración y la persecución de los intelectuales argentinos durante la dictadura militar, durante la cual la violencia del terrorismo de estado no tolera a los disidentes, y los intelectuales son eliminados o absorbidos por el régimen.
La década del cincuenta se caracteriza por una reformulación de los procedimientos del realismo que retoma las líneas abiertas por la literatura de Boedo, preocupada por dar cuenta del contexto social. Sus mayores exponentes son Bernardo Kordon (1915) que, en La reina del Plata (1946), De ahora en adelante (1952), Vagabundos en Tombuctú (1956),Domingo en el río (1960) y Vencedores y vencidos(1965), se aferra a lo real sin incurrir en moralejas y sin desdeñar la visión irónica; Bernardo Verbitsky (1907-1979) que aborda la descripción de la vida urbana y de los ambientes cotidianos de los marginales y de la clase media en Es difícil empezar a vivir (1941), En esos años (1947), Café de los Angelitos y otros cuentos porteños (1950), Una pequeña familia (1951), Villa miseria también es América (1957) y Calles de tango (1958); Roger Pla (1912) que, en Los robinsones (1946), El duelo(1951), Paño verde (1955), introduce una preocupación experimental y la configuración de un espacio narrativo abierto, que exige la participación activa del lector por el peculiar tratamiento del tiempo y el uso de monólogo interior; y Beatriz Guido, que ofrece una visión crítica de la burguesía a través de una indagación histórico-social en La casa del ángel(1954), La caída (1956), Fin de fiesta (1956) y La mano en la trampa (1961). Otros escritores del período son Arturo Cerretani (1902), Gastón Gori (1915), Ernesto Castro (1902), Alberto Vanasco (1925) y Joaquín Gómez Bas (1907).




En estos mismo años, la literatura de Andrés Rivera (1928) también se incorpora a la polémica sobre el realismo pero desde otro lugar del campo cultural, dado que su militancia en el Partido Comunista y su origen de clase (obrero textil) producen una literatura que introduce un nuevo tipo literario, la figura del militante sindical, constituyéndolo así en el autor de los primeros relatos obreros modernos de la narrativa argentina (El precio, 1957; Los que no mueren, 1959; Sol de sábado, 1962; Cita, 1966; El yugo y la marcha, 1968; Ajuste de cuentas, 1972). A diferencia la propuesta de los escritores de Contorno, que ponen en el intelectual el factor de cambio, Rivera se ajusta a los cánones del realismo socialista introduciendo una figura de militante fuertemente tipificado en el que se condensan un conjunto de virtudes o defectos morales. Su literatura elige como zona privilegiada de conflicto el momento de la huelga porque ante ella los personajes deben elegir su grado de compromiso y actuar en consecuencia. Esta postura clasista, intensificada en su primera etapa narrativa, es abandonada en el ciclo que se abre con Una lectura de la historia (1982) y Nada que perder (1982), momento a partir del cual su literatura trabaja con los procedimientos desviados de la novela histórica (En esta dulce tierra, 1984; Apuestas, 1986; La revolución es un sueño eterno, 1988; Los vencedores no dudan, 1989; El amigo de Baudelaire, 1991; La sierva, 1992; Mitteleuropa, 1993; El verdugo en el umbral, 1994).
A mediados de la década del cincuenta comienza la producción de Rodolfo Walsh (1927-1977), el creador de la novela de no-ficción en la Argentina. Si bien su primer libro es la compilación de tres cuentos policiales clásicos (Variaciones en rojo, 1953), muy pronto abandona los procedimientos más típicos del género: conOperación Masacre, de 1957, Walsh inicia una serie de textos -¿Quién mató a Rosendo? (1969) y El caso Satanovsky (1973)- en los cuales una investigación periodística (el fusilamiento clandestino de inocentes en el levantamiento del general Valle en junio de 1956, los asesinatos del sindicalista Rosendo Juárez y del abogado Marcos Satanovsky) sirve de punto de partida para la narración de hechos reales por medio de procedimientos ficcionales. En estos textos, Walsh construye la figura del periodista-justiciero para narrar la historia de una investigación y el resultado de esa investigación, que reemplaza una historia que fue silenciada y no fue escrita por los jueces. En ellos, Walsh incorpora las técnicas de la investigación periodística y los procedimientos del género policial clásico, como el uso del enigma y del suspenso, politizando sus estrategias centrales. Asimismo, durante la década del sesenta, Walsh escribe tres libros de cuentos (Los oficios terrestres, 1965; Un kilo de oro; 1967 y Un oscuro día de justicia, 1967 —publicado en 1973—), escritura de ficciones que abandona durante su militancia política en los años setenta. El 24 de marzo de 1977, a un año de instaurada la dictadura militar en la Argentina, envía su célebre "Carta a la Junta Militar"; al día siguiente es asesinado en la vía pública. Su cuerpo está desaparecido.


LITERATURA FANTÁSTICA
"En el caso de la literatura fantástica superponemos lo extranatural a lo natural, la (...) estética, a la realidad."
Un cuento no necesariamente es fantástico porque se produzca en él un simple hecho irreal, como podría ser un animal que habla. Esto simplemente se asume y se continúa la lectura, teniendo en cuenta que la historia transcurre en un mundo donde dicho animal tiene la facultad de hablar.
En el relato fantástico, los hechos irreales no tienen justificación alguna. No existe una certeza sobre lo que está ocurriendo, el lector necesita explicaciones y estas no son provistas por el relato. Como lo afirma Tzvetan Todorov: "la ambigüedad subsiste hasta el fin de la aventura: ¿realidad o sueño? ¿Verdad o ficción?"
Todorov también sostiene que el cuento será fantástico mientras dure la vacilación del lector, pero este, al finalizar la lectura, inevitablemente tomará una decisión. Si el lector niega que los hechos sucedidos son irreales, y pretende enmarcarlos dentro de lo posible, la obra pertenece al género extraño. Si el lector asume que es necesario renunciar a la lógica, es decir, acepta que los hechos del relato transcurren en un universo distinto y con otras leyes, el relato es maravilloso. Si bien esto es lo que expresa Todorov, depende además de la valoración personal del lector: puede no arrivarse a una conclusión porque, como se dijo anteriormente, el relato fantástico no proveé todas las explicaciones que el lector necesita para tomar una decisión firme y segura sobre lo que ocurre.
El relato extraño y maravilloso
Podemos calificar a un relato como "extraño" cuando este nos da la posibilidad de justificar, con herramientas reales, todos los acontecimientos irreales que han sucedido a lo largo de la obra. Son ejemplos claros de relatos extraños: Los sueños, las historias contadas por dementes o personas bajo efectos de sustancias que alteran su percepción de la realidad, etc. Entonces, un relato es extraño cuando, a pesar de los hechos irreales que en él se suceden, no causa vacilación (o esta se disipa) por haber una explicación perfectamente lógica para los mismos.
Todorov introduce el concepto de "fantástico-extraño": Según él, un relato es fantástico-extraño si la vacilación se disipa al final, es decir, solo al final del relato se aclaran todas las dudas, como sería el clásico final "...y todo resulto ser un sueño". Todorov también menciona el relato "extraño puro": aquel relato donde, ya desde el comienzo, contamos con la herramienta real que nos permite enmarcar todos los hechos irreales dentro de la lógica: "Y comenzó a soñar que...". Otro ejemplo de relato "extraño puro" es aquel que, si bien puede explicarse mediante la lógica, son enormes casualidades, o hechos que muy difícilmente puedan ocurrir; hechos altamente improbables.
En cuanto al relato maravilloso, Todorov lo explica muy claramente en su obra: "Si el lector decide que es necesario admitir nuevas leyes de lanaturaleza mediante las cuales el fenómeno puede ser explicado, entramos en el género de lo maravilloso." Es decir, en el relato maravilloso, como se menciono anteriormente, resultan insuficientes las posibilidades lógicas para explicar los hechos que se desencadenan, y es necesario asumir que laacción transcurre en otro universo, con otras leyes.
Todorov establece divisiones entre las distintas clases de relato maravilloso, mencionando las siguientes divisiones:
·         Maravilloso hiperbólico: El tamaño de los seres u objetos es irreal.
·         Maravilloso exótico: Los hechos irreales son introducidos como reales, excusándose en que suceden en territorios lejanos o desconocidos.
·         Maravilloso instrumental: Se hace uso de herramientas irreales en un entorno real. Puede suceder que dichas herramientas sean solo irreales para la época en la que transcurre el relato.
·         Maravilloso puro: Completamente inexplicable, donde lo irreal no son simples detalles como en los casos anteriores, sino que todo el entorno esta involucrado. Guarda menos similitudes con el "mundo real" que los otros casos.
Todorov menciona también lo "maravilloso científico", que es la ciencia-ficción. Generalmente, los relatos de este género pueden, en un futuro lejano, ser posibles, es decir que pueden comprenderse mediante las herramientas de la lógica. No es siempre necesario asumir cambios en las leyes naturales, requisito para que un relato sea maravilloso. Por este motivo, no tendremos en cuenta esta clasificación y disentiremos con el autor de "Introducción a la literatura fantástica" en ese aspecto.


POETAS  DEL EXILIO

NÉSTOR PERLONGHER

En la trayectoria profesional de Néstor Perlongher podemos notar dos vertientes principales: por un lado, su poesía, que se caracteriza por la estetización de lo plebeyo, la transgresión del género, de los valores establecidos, el neobarroso, con sus torsiones y pliegues, su glamour y su kitsch; y por el otro lado su teoría, prosa que hiere, que satiriza, que da vueltas y abre vías de pensamiento. Sería fácil concebir estas dos vertientes como aspectos de su obra que se excluyen mutuamente. Sin embargo, hay también en Perlongher un sincretismo que intenta combinar varios métodos investigativos, diversas técnicas literarias y múltiples formas de expresión para romper con las pautas del canon literario. 
Adrián Cangi lo describe como uno de “los pensadores libertarios porque mantiene en su obra una actitud de insumisión política, ética y estética” (Cangi, 2004: 7). Fervorosamente rebelde, Perlongher nunca quiso definirse según las categorías establecidas por la academia tradicional. Por lo tanto, Osvaldo Baigorria y Christian Ferrer, los compiladores de  Prosa Plebeya, insisten en llamarle un agente provocateur, un “pensador crítico”, pero no un “intelectual” (Perlongher, 1997:10-11). La distinción entre provocador e intelectual, entre pensador libertario y homme de letres es importante ya que la fisura entre estos dos mundos se vuelve precaria en la obra de Perlongher.
Como comenta Jorge Panesi, “los ensayos del sociólogo muestran que la teoría, al formar rizoma con la textualidad barroca, permite leerlos como una poética del neobarroso, como una inadvertida poética de la poesía de Perlongher” (Panesi, 1996: 47). Los ensayos sociológicos se entremezclan con la poética del neobarroso y emerge algo completamente inusitado. 
Perlongher nunca se dejó encasillar dentro de los formatos establecidos del intelectualismo de su época.  Él  mismo  descartaba  la  idea  de  la  estética  neobarrosa  como  una  escuela  literaria  estable, prefiriendo pensarla como un proceso de montaje y de “luchas estéticas” (Perlongher, 2001: 312).
Estas luchas se escenificaron en los artículos polémicos y los poemarios delirantes que publicó a lo largo de su carrera. Es a través de sus diversos trabajos que reveló su postura filosófica, su visión de la humanidad, del uso de los cuerpos y de la función de la escritura. 
Como parte de su proyecto poético-teórico, Perlongher impuso su propia presencia física como un sujeto marginal en la época de la última dictadura militar (1976-1983) y hasta su muerte en 1992.
En  este  sentido,  los  ensayos  de  Perlongher  se  convierten  en  agentes  que  difunden  un  proyecto político específico: el de la resistencia ante las definiciones sexuales patriarcales y de los géneros literarios canónicos.       
Lo paradójico del posicionamiento de Perlongher es que obviamente ocupa un lugar destacado en la comunidad intelectual de América Latina. A pesar de haber recibido una formación académica tradicional en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de Campinas; de haber publicado su celebrada obra antropológica, O negocio do Michê (El negocio del deseo en Español), de haberse sostenido económicamente como profesor en Campinas, Brasil, desde 1986 y de haber colaborado con el diario  Folha de Sâo Paolo y revistas como El Porteño,  Periscopio, Sitio,  Persona, Cerdos & Peces, Perlongher nunca pudo dejarse definir, nunca se dejó  ser una u otra cosa, sino todas a la vez. Adrián Cangi reitera: 
El poeta [Perlongher] siempre desplegó un constante doble lugar, el de
habitante de los márgenes y el de intelectual argentino-brasileño, sociólogo y
antropólogo prestigiado en los medios y  círculos académicos paulistas (Cangi,
2004: 32).

POETAS DEL LENGUAJE

Hugo Mujica 

Hugo Mujica es un ensayista, poeta y sacerdote argentino nacido en Avellaneda Buenos Aires en 1942. Hijo de una familia obrera, sindicalistas, de raíces anarquista. Su padre a través de un accidente queda ciego y por necesidad de la familia él mismo comenzó a trabajar de obrero a los 13 años en una fabrica de vidrio hasta 1961 cuando partió- con la visa de turista, 37 dólares, sin saber inglés y desertando del servicio militar obligatorio que debía cumplir- hacia los Estados Unidos como inicio de una de las características que sigue vertebrando su vida: la de viajero. Antes de su partida estudió Bellas Artes a la par de la escuela secundaria nocturna. Al poco tiempo de llegar a los Estados Unidos se estableció en Greenwich Village , Nueva York, donde vivió durante la famosa década de los años 60, pasó por todos los trabajos típicos del emigrante recién desembarcado y pronto se vinculó con los jóvenes artistas plásticos norteamericanos. Comenzó a estudiar sistemáticamente filosofía en la Free University y continuó estudiando pintura en la School of Visual Arts. Participó en el movimiento de la psicodelia, trabajando directamente con Timothy Leary y Ralph Metzner, en experimentos relacionados con el LSD, y otras drogas alucinógenas, y su vinculación con el proceso creativo. En ese tiempo, ya hacia el final de los 60, conoció a Allen Ginsberg quien lo introdujo al gurú Swami Satchidananda con quien vivió un tiempo en una granja con otros discípulos. Fue en un viaje que realizó con Satchidananda que conoció la vida monástica de la orden Trapense, donde se quedó viviendo como monje bajo voto de silencio durante siete años. Allí conoció también al monje y poeta Thomas Merton poco antes de morir. Es en ese mundo silencioso, después de tres años, donde comienza a escribir poesía, lo que no dejará de hacer desde entonces y el género que él considera como fundamental de su obra. Regresa a la Argentina, Azul, al monasterio de la misma orden Trapense, luego viaja a Francia, a otro monasterio y allí deja la orden. Viaja a Monte Athos, enGrecia, para palpar el camino de la tradición hesicasta. Viaja una vez más por Europa y regresa a la Argentina ya para establecerse. Pasa un año de soledad en un campo de la provincia de Buenos Aires y después de cursar parte del seminario se ordena sacerdote, en esos años estudia Teología y Antropología filosófica.

En 1983 comienza a publicar sus primeras obras literarias. Además de su veintena de libros ha publicado durante un largo tiempo columnas de reflexión en la revista Viva, Clarín, así como en otros medios gráficos y suplementos nacionales y extranjeros; también trabajó como columnista tanto en la televisión como en la radio. Mucho de los reportajes que dio en los medios, sobretodo televisivos, son considerados como parte de su obra reflexiva.
Sus libros han sido publicados en España, Argentina, México, Chile, y traducidos y publicados en Estados Unidos, Bulgaria, Eslovenia, Italia y Francia.
Entre su obra poética se pueden citar, entre otros: "Brasa blanca", "Sonata de violonchelo y lilas", "Responsoriales", "Escrito en un reflejo", "Noche abierta", "Sed adentro" y "Casi en silencio", "Poesía completa 1983-2004” fue editada por Seix Barral.
Publicó también los ensayos "Camino del nombre", "Origen y destino" y "Poéticas del vacío", "La pasión según George Trakl", y los libros de cuentos "Solemne y mesurado" y “Bajo toda la lluvia del mundo”.

FLORACIÓN DE POESÍA

DIANA BELLISSI


Intentar encontrar un hilo conductor en la obra reunida de Diana Bellessi puede volverse una tarea abismal. Quizá sólo sea necesario destacar ciertos rasgos que se despliegan en la misma, ya que, tal como indica Monteleone en el estudio preliminar “cada libro indaga aspectos que el anterior no había agotado”. Sin embargo, al aproximarnos a su poética, observamos como la errancia puede ser pensada como uno de los tópicos más importantes. Es necesario aclarar que no se trata del exilio, ni de una ida que tiene un retorno, sino que se trata de habitar la otredad. Leemos esta declaración del yo poético en el libro Sur “Ay de mí, si no hay el sí, sin el otro”. Paradójicamente, es en lo desconocido, en lo otro, donde el yo lírico va a encontrar su casa y su modo de expresarse. Así es como la poesía de Diana Bellessi comienza en esa experiencia del deslinde.
En Buena travesía, buena ventura pequeña Uli, (que fue el primero en escribirse aunque no fue el primero en su publicación) vemos la decisión de partir para habitar en el desplazamiento. Leemos: “…estaba pasando por el sitio desde el cual es posible mirar muerte y nacimiento.” La extranjería del yo lírico no es vivida como un desarraigo sino como una elección que permite ubicarse en el punto donde mora lo otro: “Una va dibujándolo garabato clandestino sobre su nuca tan unida ya al destino de las mujeres y los hombres de la Tierra que en ninguna parte estará, Una, extranjera.” Podríamos pensar que su poética intenta dar cuenta de cómo hacer suya esa alteridad y convertirla en discurso poético.
Siguiendo a Michel de Certeau en La invención de lo cotidiano, vemos que los recorridos topográficos producen un espacio de significación a partir de la ausencia y de una actividad de evocación. Así es como un lugar existe en virtud de la capacidad del sujeto de “hablar” de él ya que “hablar de un espacio que es ausencia es hacerlo presente en el acto del habla.” Este espacio que evoca la poesía de Diana Bellessi no es necesariamente un espacio geográfico determinado sino ese lugar otro. Nos enfrentamos a un tipo de itinerario compuesto solamente por un punto de partida ya que el viaje no tiene una duración o un límite determinado sino solamente la decisión de irse: “Crear la decisión era crear la libertad”.


En Crucero Ecuatorial, los poemas se vuelven más descriptivos; se trata de relatar un viaje por Latinoamérica mediante la elección de un tiempo en pasado para narrarlo. Quizá la clave para entender este libro sean los versos del primer poema que lo abre. “Algo de aquel fuego quema todavía” que cierra con los versos “Y mi corazón, desbocado, de deseo” El deseo funciona como motor pulsional de la escritura, cada recuerdo está mediado por ese deseo del yo lírico y esa intensidad que dio comienzo al viaje.
Además, en muchos momentos de la poesía de Bellessi, el deseo es el deseo por otra mujer. En ese momento histórico, fue una de las pocas poetas en enunciar abiertamente una sexualidad lesbiana: “Si supieran aquellos versos de Safo, / los dirían” (Tributo del mudo). Así, Bellessi construye una voz de enunciación femenina que se hace cargo de su sexualidad. Como ella misma lo indica en el ensayo de 1996 “La construcción de la autora: una poeta lesbiana”; “Espejo – lo escrito – donde quizás muchas lesbianas, a la par de otros seres humanos de diferente filiación, puedan, por un instante de sus vidas, reflejarse.” (Lo propio y lo ajeno.) Si bien la sexualidad aparece desde el inicio, es en Eroica donde se hace explícita:

Cuando digo la palabra
nuca
¿te chupo suavemente
hasta hundir
el diente aquí?
¿Estoy tocándote acaso?
Cuando digo pezón
¿la mano roza
las dilatadas rosas de los pechos tuyos?

Bellessi se hace cargo no sólo de la elección de un destinatario del poema de su mismo sexo, (“Amar a una mujer, dijiste,”) sino que también hace explícito el cuerpo donde la sexualidad y el erotismo aparecen. La voz pierde el miedo a nombrar, ya que lo nombrado se hace cargo de lo que dice:

Es la mano nombrada
no el nombre
quien desea aprisionar tus nalgas

En este libro la ruptura no sólo se da por la elección temática sino por una disposición espacial que nos muestra un juego con el blanco, con versos de oraciones unimembres y un corte de versos más radical que en los libros anteriores, dando un ritmo entrecortado a los poemas, que hasta podría sugerir el de una relación sexual.


En los poemas aparecen reiteradas negaciones de la posibilidad de completud de una relación:

- No hay, dijo.
- ¿Ni siquiera en el fragmento?
- No.
- ¿En el polvo leve del instante?
- No hay completud.

Sin embargo, Bellessi le da una vuelta de tuerca al planteo ya que luego de decir “- ¿Nunca? / – No” afirma “Todo es posible / en el instante.”

 El instante es quizá ese lugar donde el tiempo es vivido de otra manera (“¿Su futuro era ahora?” se pregunta Uli en Buena travesía, buena ventura pequeña Uli.) Si el instante es una porción brevísima de tiempo, podría entenderse que La rebelión del instante (título de su libro publicado en el 2005) implica la noción de duración y que el modo en que es percibido ese tiempo escapa del tiempo cronológico:

Reclamo duración para
la conciencia y el instante
para fundirme en la eternidad
(El jardín)

Quizá por eso Tener lo que se tiene, el título de su último libro y de la Poesía reunida, sitúa al sujeto de la enunciación en un lugar atemporal que ya se insinuaba en Crucero ecuatorial “Los tiempos verbales / amarrados, como helechos a una misma piedra.” Este lugar se vuelve atemporal no porque carezca de tiempo sino porque lo que pasa a primer plano es el recuerdo vivido y pareciera que el tiempo se suspende frente a la experiencia del mismo, (“Se adelgaza el futuro y el / presente despliega su gracia”, El Jardín). La anunciación de una madurez temprana, ya aparece en el libro Eroica, con los versos:

Abandono el sitio
inmortal
Una mujer madura
que ya
no será
sino
lo que es

No se trata solamente de la percepción de la experiencia que conlleva sabiduría sino que el yo lírico tiene plena conciencia de que se está tomando un camino donde otras cosas se dejan atrás:

Mi juventud perece con los sueños
que abrigamos los que fuimos
jóvenes ayer.
(El jardín)

En el mismo libro, más adelante, leemos: “Me sujeto a este / orden y acepto / lo que mi alma teme”. Podemos pensar que el sujetarse a este orden implica también enmarcar una poética propia en una tensión entre dos linajes. La voz se articula en una tensión entre un linaje letrado y un linaje campesino, donde como síntesis disyuntiva aparecen tanto las voces de los dominados como las voces letradas incorporadas al discurso poético. El cuidado del ritmo al incorporar estas voces hace que no generen la extrañeza de ser un discurso otro, sino que se fagocitan como en el final del texto de “Ulrico” presente en Danzante de doble máscara “La Amazona recupera su voz. Fagocita a Europa y se adueña de la escena.” En otro poema del mismo libro, dice:

Peones y campesinos
fueron mi ascendencia.
Palabras italianas, guaraníes,
quechuas
se mezclaron desde niña
en mi alfabeto.

Diana Bellessi señalaba, en un texto perteneciente a Lo propio y lo ajeno: “La migración central que marca mi vida fue desplazarme de una clase humilde campesina a la ciudad letrada.” Esta tensión entra la naturaleza y la cultura, que podría encontrar su lugar de significación en el término “aldea”, se reitera en la sección “Leyenda”, del mismo libro.
El hablante lírico evoca un lugar donde es posible echar raíces a pesar de ser errante. Ese lugar no necesariamente tiene que ver con un espacio geográfico determinado sino con la fundación de un mito personal. Como señalan los versos de la serie “Leyenda”, en el mismo libro: “No era necesario partir tan lejos / a fundar Leyenda.” Quizá por eso puedan observarse en su escritura ciertos aspectos que le dan continuidad a la temática de la errancia como ser la construcción de una erótica femenina que marca una ruptura con el orden social convencional y la tensión entre dos linajes donde no se elige por ninguno, sino que se escribe a través de esa contradicción. De esta forma, queda configurado un sujeto poético nómade. Esta errancia no sólo se ve en sus continuos desplazamientos sino que aparece por sobre todo en el lugar de enunciación elegido.




CYBERPOESÍA
La ciberpoesía (también llamada "poesía electrónica" o "poesía digital") es la rama de la ciberliteratura en la que predomina el elemento estético, lírico o sugestivo, y que se caracteriza por el empleo de muy diversos recursos tecnológicos, desde el simple hipertexto hasta la imagen en movimiento. Salvo por estos rasgos generales, resulta muy difícil definir la ciberpoesía. De hecho, el rasgo más evidente de lo que se cataloga como "poesía virtual" o "ciberpoesía" es su variedad. Clasificación Esta es una posible clasificación de la ciberpoesía, ordenada desde lo más simple técnicamente hasta lo más complejo: * Poesía hipertextual: es aquélla que (sólo) emplea el hipertexto (la suma de textos y enlaces) para formar una obra poética. Ejemplos: Intermínimos de Navegación poética, Stained Word Window * Poesía en movimiento: obras poéticas en las que las palabras del texto se mueven o se modifican progresivamente, ya sea por la interacción con el usuario, o de forma automática.

BLOGS
La literatura es parte de una ecología de medios que compiten entre sí. Esa competencia puede producir diálogos tensos o estimulantes, apropiaciones constantes de los efectos producidos por otros medios. La llegada del cine, la televisión y el ordenador no significó, como algunos críticos apocalípticos llegaron a sugerir, el fin de las novelas, de los poemas. Los escritores se han ido adaptando a la convivencia con estos medios: los novelistas incorporaron a su escritura procedimientos narrativos derivados del cine; los poetas experimentaron con la tipografía de la máquina de escribir; hoy, gracias a internet y las facilidades tecnológicas del ordenador, ha aparecido el blog como un nuevo género literario; una nueva generación de autores lo utiliza como parte fundamental de su proyecto narrativo, a la vez que busca incorporar en su escritura procedimientos aprendidos en la diaria convivencia con los medios y las tecnologías emergentes.
Cuando aparece un nuevo medio, al principio se tiende a remedar a otro ya existente: por ejemplo, el cine mudo de comienzos del siglo XX tenía deudas con el teatro; hubo que esperar hasta fines de la década del veinte para que hallara su propio lenguaje y se distanciara del teatro. Debido a que el medio es aún muy joven, el tipo de blog que predomina es el de posts que en realidad son columnas de opinión o críticas que no desentonarían en un medio impreso. También están los que tienen algo del diario, del cuaderno de apuntes o del microrrelato. El formato blog es nuevo, pero el lenguaje todavía pertenece a otro medio y a otro género.
El blog que utiliza las múltiples posibilidades interactivas de internet es el que se anuncia como un nuevo género literario. La literatura de los siglos XIX y XX ha tratado de salir de la dictadura del texto e incorporar otros medios; era común ver en las novelas clásicas del siglo XIX y XX gráficos que acompañaban al texto (es famosa la negativa de Kafka a que se ilustrara La metamorfosis, bajo el argumento de que el poder sugerente del texto era suficiente para el lector); recientemente, W. G. Sebald puso de moda la incorporación de fotografías como parte esencial del texto y no como simple ilustración. Son ejemplos son tímidos si se los compara con las posibilidades que despliega el blog para hacer que el texto incorpore imágenes, vídeos, comentarios de lectores. Como dice el crítico mexicano Heriberto Yepez, el blog es también "una obra de arte visual, que el autor puede rediseñar o perfeccionar con un conocimiento mínimo de HTML o simple copy-paste...Lo que sigue de aquí es el multimedia".
El blog debe abrirse al diálogo con las múltiples posibilidades interactivas de la red, hacer navegar al lector: un post debe contener muchos enlaces que nos lleven de aquí para allá (artículos, noticias, foros, blogs, vídeos). También permite que los lectores comenten los posts. Algunos blogueros lo impiden, lo cual va contra la naturaleza misma del blog: la posibilidad de interactuar de forma inmediata y sin filtros con los lectores, de hacer que los comentarios conviertan al post en un foro de discusión. Algunos señalan el peligro de que el blog se convierta en una suerte de dictadura de la opinión pública, que sean los lectores y no el autor quienes determinen la versión final del texto. Pero eso no es nuevo. El diálogo de un autor con los lectores ha ocurrido siempre; el blog lo intensifica, y hace más factible que la opinión de un lector llegue al autor.
El blog es un punto de partida para uno de los caminos de la literatura del siglo XXI. Por un lado, permite la aparición y autoedición de escritores que no siguen los mecanismos de publicación del mundo editorial (de manera irónica, algunos blogs, como premio por su calidad, terminan siendo publicados como libros impresos, aunque lo cierto es que el verdadero lugar del blog es la red). Por otro, gracias al ordenador y a la red, futuros cuentos, novelas y poemas se escribirán incorporando otros medios o la opinión del lector. Los nuevos lectores digitales (el Sony Reader, el Kindle) harán esto más fácil y transformarán no sólo nuestra forma de leer; también la idea que tenemos de la literatura. Pronto, no será extraño estar leyendo una novela en un lector digital y encontrarnos con un enlace a un vídeo en YouTube o a un dato en Wikipedia. Tampoco que los lectores puedan mandar, en tiempo real, sus comentarios al autor de un relato o un poema, y que, debido a ello, este decida cambiar la trama de un relato o la rima de un soneto. El autor no morirá, pero la literatura se hará más interactiva. No hay razones para alarmarse: la creación literaria ha demostrado una extraordinaria inventiva para adaptarse a los desafíos de otros medios. -

MINIFICCIÓN
  •  la minificción se trata de una nueva forma de aproximarse a la literatura. Género consiso, antisolemne, irónico y lúdico que vive su hora de esplendor en Hispanoamérica. 
"Constituye un modo de mirar y de ver contemporáneos. Es interactiva, posee la liviana concisión de los medios electrónicos, carece de solemnidad, ironiza sobre todo (hasta sobre sí misma) y, a la vez, puede revelar verdades muy profundas", opina el argentino Raúl Brasca.
Al auge de la minificción ha contribuido de manera indirecta internet, al favorecer un nuevo "clima de lectura" que privilegia la brevedad.

Organizador del primer Coloquio Internacional sobre Minificción hace ya una década, Zavala afirma que es un género que nació y se ha desarrollado casi exclusivamente en Hispanoamérica.
Tan temprano como 1917, se publicó el primer libro de minificción: Ensayos y poemas de Julio Torri (Saltillo 1881 1970), con ensayos poéticos, de menos de una página, cargados de ironía como A Circe.
Hacia la mitad del siglo 20, agrega, la microficción prendió con fuerza en Argentina: Bioy Casares, Borges, Cortázar y Denevi. México aportó en esos años a Arreola y a Monterroso (guatemalteco hondureño-mexicano). Cuba dio a Piñera. Y luego se extendió con rapidez en toda Latinoamérica.

"¿Por qué en Hispanoamérica? En lengua española se da gran importancia al lenguaje, incluso fuera de la literatura, con juegos de palabras y albures. El lenguaje es el protagonista y cada minificción es una relectura de la historia literaria", explica Zavala.
El género atraviesa ahora por un periodo de gran vitalidad, con una "producción explosiva y un corpus abundante". Y es objeto de antologías, ensayos y coloquios, como el 5 Quinto Congreso Internacional de Minificción, a celebrarse del 10 al 12 de noviembre en Patagonia.
"Creo que nuestro idioma se presta a un regodeo con las palabras, un juego sutil donde se cruza la austera precisión de un Borges con el desborde imaginativo del realismo mágico. Encapsulado todo", reflexiona la argentina Luisa Valenzuela.
Ana María Shua discrepa de la idea de la minificción como género nuevo y recuerda que ha estado presente en otras tradiciones como la lengua francesa.
"Es un género muy antiguo, presente en la literatura oral", dice la escritora argentina. "Cuando desperté a la lectura, la minificción ya estaba allí".
En la microficción pueden caber todos los géneros posibles e incluso formas ajenas a la literatura como el instructivo, como demostró Cortázar en Historias de cronopios y de famas con las Instrucciones para llorar.
"Es un género lúdico, se juega con la idea misma de género, de lo literario y lo no literario. ¿Dónde está la frontera? En cada lector", puntualiza Zavala.
Los límites en cuanto a su extensión también son relativos. Lo determinante es que puede ser leído en el espacio de una página, ya sea manuscrita (250 palabras) o impresa (400 palabras).
Hay casos de minificciones de una palabra como Dios de Sergio Golwarz, publicado en Infundios ejemplares, o incluso ninguna como El fantasma de Guillermo Samperio.
"Es mejor no hablar de un número de palabras sino del espacio de una página impresa convencional (...) La minificción nos recuerda el poder ilimitado de leer una página escrita", añade Zavala.

Pero ¿cómo puede el lector diferenciar una minificción del aforismo, el chiste u otras formas breves?
"Lo característico de la microficción es su capacidad para disparar sugerencias múltiples en la mente del lector. Para ello se vale de la ambigüedad y de modos oblicuos de expresión como la ironía, que apuntan a que lo que parece ser no sea, o no se sepa con seguridad si es o no es. De ahí que la paradoja y la parodia sean tan frecuentes. También lo es el doble sentido, en cuyo caso se acerca peligrosamente al chiste. En este límite, el trabajo con las palabras es lo que determina la diferencia", explica Brasca.

A diferencia del aforismo que persigue la revelación de un saber y depende de que el lector reconozca repentinamente en él una verdad, la microficción no pretende enseñar nada a nadie, agrega.
"Sin embargo, la microficción puede adoptar el formato del aforismo, pero para parodiarlo. Lo mismo suele hacer con la definición, la noticia periodística, etcétera", expone.
Si bien toda obra literaria requiere de la participación del lector, en la minificción resulta crucial pues requiere de su cultura e imaginación para llenar los vacíos de información.
"Además de sus valores intrínsecos, una microficción será tanto mejor como mejor sea su lector", remata Brasca. Shua lo explica con una minificción de tres palabras: "Terremoto busca profeta", que requiere que el lector sea consciente de las complejas relaciones entre los profetas y las catástrofes naturales.

EL BOOM DE LA LITERATURA INFANTO JUVENIL

Editores, libreros y expertos coinciden: la literatura infantil y juvenil atraviesa un momento de fuerte expansión e incluso ha sabido sortear la crisis mejor que otros sectores del negocio editorial. Autores e ilustradores se multiplican. Hay vida más allá de “Harry Potter” o “Crepúsculo”.
“Antes sólo había libros infantiles editados por grandes grupos, sobre todo religiosos o escolares, con un enfoque muy educativo y para mayores de seis años”, explica a la agencia dpa Laurence Cortes, propietaria de Biblioketa, una de las librerías infantiles más amplias y cuidadas de Madrid.
Desde esa situación, en los últimos años ha habido “un gran progreso”, subraya: “Se ha abierto un mercado enorme para niños desde cero años. También hay cada vez más editoriales, autores e ilustradores locales dedicados al mercado infantil y juvenil”.
Cortes conoce el sector a fondo y desde diversos ángulos. Esta francesa pasó casi 10 años en su país dedicada a la edición y desde hace siete reside y regenta su librería en España. Mientras habla se oye de fondo el alboroto de varios niños: como otros locales similares, Biblioketa ofrece también talleres literarios y de teatro para niños de todas las edades.
Cuando se le pregunta por las ultraconocidas sagas de aprendices de mago y vampiros, no puede evitar una mueca de desaprobación.
“Bueno... han abierto mercado”, dice buscando el aspecto positivo. “Lo importante es que los niños luego pasen a otra cosa. Y eso es lo más difícil. Los ‘best-sellers’ reducen todo. Sólo buscan emociones fuertes, es todo evidente”.
Las cifras, entre tanto, son contundentes. El Anuario de referencia SM refleja que en 2009, pese a la crisis, el volumen de ventas del sector aumentó un 11,9 por ciento y la facturación un 11,4, casi el triple que el conjunto del sector del libro.
La literatura infantil y juvenil representa un 10 por ciento del mercado del libro, con un crecimiento del 20 por ciento en los últimos cinco años.
Uno de los datos más llamativos es que el sector de la población que más lee corresponde a los niños de entre 10 y 13 años: un 91,2 por ciento de esta franja de edad consume literatura, frente al 60 por ciento de la población entre 25 y 54 años.
Esta situación ha movido a editoriales de prestigio a dedicar colecciones especiales de autores clásicos “para adultos” escritos especialmente para niños... y no tan niños.
La editorial Gadir reúne en su colección “Bosque Viejo” libros infantiles de Margarite Yourcenar, Virginia Woolf, Dino Buzzati o Luigi Pirandello, entre otros.
Alfaguara acaba de lanzar una apuesta análoga con autores hispanoamericanos: los dos primeros títulos corresponden a Mario Vargas Llosa (“Fonchito y la luna”) y Arturo Pérez-Reverte (“El pequeño hoplita”). Les seguirán Javier Marías, Antonio Muñoz Molina, Eduardo Mendoza y más.
En una entrevista reciente, Vargas Llosa revelaba una de las claves de la importancia que puede cobrar el género: Los niños “son lectores puros. O los seduces o los aburres”. Para Pérez-Reverte, “tienen una lucidez y una lógica que ya quisiéramos los mayores”.
Este desarrollo imparable, sin embargo, sigue siendo también silencioso.
“Frente a la literatura para adultos, la literatura infantil y juvenil sigue en situación de desventaja”, explica a dpa Paz Castro, de la editorial Kalandraka. “Se trata de un género prácticamente invisible en los medios de comunicación. Paradójicamente, la poca importancia que se le da a nivel mediático contrasta con el importante volumen económico que genera”.
Kalandraka es pionera en la edición especializada para niños en español. Desde sus inicios hace 12 años como una pequeña aventura editorial, hoy apuesta por la expansión a Portugal, Italia, México y Brasil.
“La fotografía que Kalandraka puede ofrecer del panorama de la edición infantil y juvenil se basa en esa experiencia: se ha internacionalizado mucho la edición. También observamos mayor oferta de libros y materiales para primeros lectores y un aumento en la aparición de series de temática fantástica. Pero el mayor cambio es que se ha incrementado mucho la edición del álbum ilustrado. De cara al futuro inmediato la previsión es que se mantenga esa tendencia”.
Kalandraka también ha renovado el mercado con la creación de una nueva línea de libros de fácil lectura para personas con necesidades especiales, concebidos como materiales complementarios “que ayudarán en el desarrollo de su autonomía personal y su intercomunicación con el entorno a las personas con autismo, disfasia, síndrome de Down u otras discapacidades intelectuales”.
Y es que el aporte a la integración del diferente es otro punto clave en una literatura dirigida a un público en formación. A ello se dedicará el importante Congreso IBBY (siglas en inglés de Organización Internacional para el Libro Juvenil) que se celebra en Santiago de Compostela en septiembre.
“Hay que subrayar la importancia del tema de las minorías en el mundo actual”, señala a dpa la comisaria del congreso, Henrike Fesefeldt, aludiendo a “niños de grupos de culturas y lenguas minoritarias, pero también de otros grupos como pueden ser minorías religiosas, de género o los niños con discapacidades que encuentran muchos obstáculos para su acceso al mundo de los libros”.
“El debate sobre las condiciones favorables para fomentar el acceso a la literatura infantil entre las minorías culturales o lingüísticas es uno de los objetivos centrales del congreso de este año”, explica.
“Entre los conferenciantes están representantes del mundo de la investigación sobre literatura infantil, pero también del mundo de las ong, que hablarán de sus proyectos para facilitar a los niños el acceso al mundo de los libros y de la lectura, y editores, creadores, autores, ilustradores, libreros, profesores y maestros, bibliotecarios y académicos”.
El congreso propone como lema de este año “La fuerza de la minorías”: “Sentir en minoría. Hablar en minoría. Amar en minoría. Leer en minoría”.
Y recuerda, con esa lucidez que Pérez-Reverte envidia a los niños, que “de un modo u otro todos formamos parte de una inmensa minoría”.